Si no hay un mañana

Hace más o menos siete años leí por primera vez a Jennifer L. Armentrout y aunque no creo que sus libros son perfectos, sí que soy fan de ellos pues la autora transmite mucho a través de sus historias. Así que de verdad moría de ganas de tener este libro en mis manos ya que el último que leí de ella (Nunca digas siempre) se convirtió en uno de mis grandes favoritos. Eso sí, admito que tenía un poco de miedo pues aún con mi fanatismo por la autora soy muy consciente de los fallos que sigue repitiendo en sus novelas y me daba miedo que este no pudiera superar al libro que leí con anterioridad. ¿Y al final? Sinceramente me sigue gustando más la historia de Mallory y Rider pero este libro también se ha ganado un hueco en mi oscuro corazón.
¿Qué habría hecho diferente aquella noche si hubiera sabido que no habría un mañana? Todo. Lo habría hecho todo diferente.
Pero dejen mi explico más. Si no hay un mañana nos cuenta la historia de Lena, una chica que está cursando su último año en el instituto. Ella es bastante normal, tiene tres amigas a las que adora, vive sólo con su madre mientras su hermana está estudiando la universidad y su padre las abandonó cuando las cosas en casa se pusieron complicadas. Esto ha causado un pequeño “trauma” en ella pues no puede perdonarlo por abandonar cuando las cosas no fueron sencillas. Pero gracias a Hades cuenta con su mejor amigo, Sebastian, quien desde niños ha estado con ella para apoyarla en todo. Pero Lena no sólo ve a Sebastian como un amigo, sino que lo ama desde siempre, pero está claro que para él sólo es una amiga.

Hasta aquí seguro que ya están pensando que la historia es una más del montón, de esas donde chica ama a su mejor amigo y así, y para ser completamente honesta con ustedes la primera parte del libro es bastante simplona y sí, bastante cliché. Pero entonces llega el meollo del asunto y la historia cambia completamente y los problemas de Lena pasan de ser los de una adolescente normal para transformarse en algo mucho más serio.
Aquí voy a mencionar lo primero que me gustó del libro, y es que no es secreto para nadie que aunque amo los libros de Jenn casi siempre suelo odiar a sus protagonistas quienes a mi parecer carecen gacho de cerebro. Pero Lena no es el caso pues ha sido todo un personaje profundo y complicado de entender que me ha atrapado por completo.
Ella es nuestra narradora y a través de sus ojos seremos testigos de un accidente que va a cambiarlo todo. Un accidente que nos permitirá conocer a profundidad a Lena, sus temores y sobre todo sus remordimientos. No me queda más que felicitar a Jenn por haber sido capaz de crear a un personaje capaz de transmitir tanto y que además hace que uno como lector logre empatizar con ellas porque como bien lo dice la autora al final del libro, todos en algún momento hemos estado en el lugar de Lena.

Sebastian por su parte… es que yo simplemente no puedo ser indiferente a los hombres de Jenn pues siempre termino toda embobada por ellos y obvio que con Sebastian no ha sido la excepción, cosa que me sorprendió bastante pues regla general suelen gustarme más los hombres hoscos y un tanto malos y Sebastian es puro amor. No es perfecto, sin duda pero sí que es un chico sumamente dulce, protector y sobre todo comprensivo.
No tienes que hablar de ello ahora. Ni siquiera tienes que pensar en ello. Pero tendrás que hacerlo, Lena.
Ahora bien, saben que no me encanta revelar grandes cosas de la trama pero esta vez tengo que hacerlo, así que les advierto que voy a soltar algún spoiler por aquí para contarles lo que más me ha gustado del libro. Y es que Lena y sus amigos sufren un accidente al salir de una fiesta, donde el chico que conducía había bebido de más. Ella fue la única que sobrevivió y eso es lo que genera todo el cambio de la historia.
Cuando comencé a leer esto inmediatamente me percaté que Lena sufría el síndrome del superviviente y según yo me hice a la idea de lo que iba a pasar, pero no sólo fue eso, sino que ella carga con una inmensa culpa que prácticamente no la deja seguir adelante. Ese saber que sus seres queridos murieron por “su culpa” que no le permite seguir viviendo cuando ellos definitivamente ya no pueden ha sido lo que más me ha gustado del libro pues vemos a una Lena prácticamente hecha pedazos reconstruyéndose a sí misma para comprender que está bien volver a sonreír por aquellos que ya no están. La resiliencia que Lena muestra es el PUNTO del libro. FIN DEL SPOILER.
(…) y supe mientras daba el primer paso que, si bien el mañana no estaba garantizado, si bien no estaba prometido, aún tenía muchas posibilidades.
En resumen Si hay un mañana ha sido una historia real y muy linda, con una gran lucha de superación y resiliencia que estoy segura o va a dejar indiferente a nadie.
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