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En una ciudad sin nombre, el populacho y la aristocracia se encuentran claramente divididos en dos zonas geográficas diferentes, la Ribera y la Colina. Una sitio de maleantes, espadachines, carteristas y prostituta; en la otra, se codea la aristocracia. Uno un barrio bajo y pobre y el otro un barrio de clase y rico. Dos zonas destinadas a unirse pues se necesitan mutuamente. El mayor nexo de unión de los dos mundos son los espadachines. Nos encontramos aquí con una sociedad muy estratificada, siendo los espadachines el estrato del medio ya que se pueden mover con libertad por los dos mundos. Estos solo pueden matar bajo contrato, pero son el grupo que mejor vive de la Ribera. Mientras que en la Colina reinan las conspiraciones políticas, en la Ribera vemos una camaradería ante la desgracia. Los nobles son personas prepotentes solo dedicadas a la búsqueda del poder. Estos contratan a espadachines para que arreglen sus disputas y luchen por su honor. Y sin duda, el protagonista de A punta de espada, habitante de la Ribera y espadachín, es el más interesante de todos. Richard de Vier es el mejor espadachín de la Ribera, esto hace que pueda elegir que encargos aceptar y cuales rechazar. Aunque rechazar uno de esos encargos le meterá de lleno en una lucha por el poder que le es totalmente ajena. Richard viste predominantemente de marrón y lleva siempre su espada encima . Y, una de las cosas más llamativas para venir de una novela escrita en el 1987, Richard tiene un amante masculino. La autora consigue crear un personaje, gay o bisexual (no me quedó muy claro) realista sin caer en el estereotipo fácil. La autora presenta la relación de Richard con Alec, su compañero de mal carácter y de oscuro pasado, con una naturalidad envidiable. Y con esto, la autora introduce otro de los ejes de la novela, la historia de amor. Y he de decir, que es de las mejores que he leído. Y es que la novela, como su protagonista, está llena de matices y detalles que hacen que una historia que puede parecer lenta, acabe siendo simplemente deliciosa en su complejidad. Eso sí, se nota que a muchos de los personajes secundarios les falta profundidad. Falta trabajo en algunas de las personalidades, siendo difícil distinguir a veces ciertos personajes, sobre todo, me ha ocurrido con algunos nobles. Los duelos de espada están muy bien narrados; y me gusta como estructura los diálogos y el léxico tan rico que usa. Aunque la novela se centra más en las conspiraciones políticas que en los combates a espada, lo que puede decepcionar a algunos. Khusner raciona la acción de forma inteligente y cada vez que te da una escena de lucha de espadas consigues que te estremezca por su realismo. Yo realmente, esperaba más acción, pero con todos los elementos positivos que tiene la novela, la verdad es que no eché de menos esa acción. Kushner nos presenta una Fantasía diferente que prescinde radicalmente de la magia y de las criaturas fantásticas. Igualmente, obvia el viaje y el camino del héroe y la clásica lucha entre el Bien y el Mal. No es para nada la Espada y Brujería a la que estamos acostumbrados. Es una novela que se centra en las pasiones humanas, una novela de capa y espada ambientada en un mundo imaginario para presentarnos una sociedad diferente. Una Fantasía costumbrista que se leja mucho de la Épica. Crea un mundo interesante al que no da nombre ni ubicación geográfica. Y es que todo en esta ciudad sin nombre está bien planteado, sobre todo el tipo de sociedad que crea. Aunque si he echado en falta mayor profundidad en algunas partes de la historia, aunque quizás solo sea un deseo mío como lectora de ahondar más en los personajes. Se nota que ha hecho un trabajo de worldbuilding sobresaliente y solo nos muestra lo que quiere que veamos. El libro además incorpora al final dos historias cortas que sería difícil de ver de otra forma en nuestro idioma y que son un complemento a la historia que se agradece mucho. Estos relatos nos cuentan que sucedió después con los personajes de la novela, algo qué siempre quiere saber el lector. A punta de espada es una de esas novelas que te cuesta entender porque han pasado tan desapercibidas, a menos que a la mayoría de la gente le desagrade encontrarse una relación gey en una novela que tiene todo lo que le puedes pedir a un libro. En A punta de espada nos encontramos conspiraciones políticas, duelos de espada, una prosa que roza la perfección, unos personajes carismáticos y bien construidos, y una historia con fuerza y mucha brutalidad. Se agradece que podamos leer las siguientes partes de la trilogía pese al poco éxito que han tenido en nuestro país gracias al esfuerzo de la editorial. |
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