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Cuando el emperador de Shima sueña con derrotar a los extranjeros subido a lomos de un arashitora, manda a su cazador jefe en busca de esta criatura mítica. Poco le importa que en la tierra contaminada del imperio no viva casi ningún ser vivo. Yukiko debe acompañar a su padre en esta búsqueda imposible. Pero, ¿serán ciertos los rumores de los hombres de los cielos o como cree todo el mundo las criaturas yokais ya están extintas? Este es el segundo libro que leo del autor y aunque la personalidad de Yukiko me ha recordado bastante a Mia Corvere de Nuncanoche, el libro me ha gustado bastante. Lo que más me ha gustado de todo es la ambientación. La historia nos sitúa en Shima, una especie de Japón feudal cuyas tierras y cielo están contaminados por el loto de sangre, una planta de la que el imperio saca su riqueza. Debido a ello la población debe llevar anteojos, respiradores y otra serie de artilugios para poder vivir entre tanta contaminación. Lo que le da a la historia un toque steampunk. Otra cosa que me gustó fue la sociedad que creó el autor, dividida en los cuatro clanes (tigre, fénix, zorro y dragón) así como la creación de los hombres del Gremio, quienes se encargaban de todo lo relacionado con el loto. Me fascinó la explicación de cada una de las ramas de esta organización, así como el tema de los impuros y la explicación del funcionamiento del kenning. En cuanto a los personjes, todos me gustaron ya que están muy bien construidos. Destacaría a Yukiko una chica de armas tomar, aunque he de decir que no pude entender todos sus comportamientos o actitudes. Pero me encantó ver la relación que tenía con Buruu, así como la evolución de este. También destacaría a Kin porque me pareció un chico muy dulce que solo quería escapar de una vida que le fue impuesta. La verdad es que al libro no le falta de nada, tramas palaciegas que hacen que no sepas quién dice la verdad y quién miente, revolucionarios que quieren cambiar el modo en el que viven, batallas sangrientas, etc. todo ello acompañado de toques de mitología asiática. La única pega que le pondría es que el autor se recrea demasiado en las descripciones y al principio sobre todo, unido a la falta de acción puede hacerse algo lento. Pero por lo demás el libro está increíble, así que si os gustan las historias ambientadas en Asia llenas de giros inesperados estoy segura que gustará este libro. |
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