Da igual

“Da igual, de todas formas, nadie acaba de estar en ningún sitio”

En 67 páginas, veinticuatro historias despiadadas sobre gente miserable o desgraciada que comparte el mismo mundo hostil y sin sentido. La oscuridad de estos relatos no sorprenderá a quién haya leído a la autora húngara, aunque puede que sí lo haga el humor que envuelve a algunos de ellos, un humor negro, claro está.

“La única cosa que puede darte miedo, que pude hacer daño, es la vida“

Los relatos tienen finales sorprendentes, tramas insólitas, personajes inesperados. A veces es la propia vida la protagonista, una vida que no parece querer nunca amoldarse a nuestros deseos, que cada día se acerca un poquito más a su final mientras acumula más y más recuerdos sombríos, martirizantes e inmutables.

Es tan cortito que uno termina algo menos satisfecho que con otras obras suyas… le podría haber dado las cuatro estrellas, pero da igual.

Cuando Agota Kristof se exilió en Suiza tuvo que aprender francés como pudo, no solo para vivir allí y trabajar, sino también para escribir ya que lo deseaba imperiosamente. Como cuenta en su breve relato autobiográfico La analfabeta, al principio se sintió un poco insegura y desorientada con este idioma pero poco a poco sus relatos fueron cogiendo forma.

Por ello quizá estos relatos son tan breves y de un vocabulario y frases más bien sencillas, pero no dejan de ser intrincados. Se trata más bien de cuentos perturbadores que narran historias oscuras, extrañas y en algunos casos extravagantes. No sé si con un lenguaje más complejo hubiesen sido mejores, pero desde luego la autora expresó con muy pocas palabras una atmósfera viciada y desagradable como pocos autores he leído hasta ahora.

Al leer muchos de estos relatos he tenido la sensación de que estaba presenciando más bien pesadillas. Sueños que más que dar miedo perturban. En algunos casos la fantasía que aparece en ellos hace que te acerques a la ficción, pero en otros tienes la sensación de que podrían ser perfectamente reales.

Además, el libro se lee rápido dada la brevedad de los cuentos: algunos ocupan dos o tres páginas y otros simplemente una cara. Quizás lo que comentaba anteriormente acerca del lenguaje sencillo utilizado también haga de la lectura de este libro una más ágil y fluida.

Un libro recomendable para cualquiera que no se considere demasiado sensible y quiera una lectura breve pero diferente.

Estos son los 25 cuentos que escribió Agota Kristof a lo largo de su vida, unos textos que quedaron guardados y sin publicar durante años, y del primero al último ya se percibe perfectamente ese estilo tan suyo y peculiar que tenía ella al narrar sus historias. Cómo con tan pocas palabras es capaz de transmitirte esa sensación de incomodidad, de inquietud. Aborda episodios de locura, temas como la soledad, los traumas, la infancia, las relaciones familiares, en escenas surrealistas, crueles, devastadoras. Personajes perdidos, necesitados de afecto o comprensión, desesperados, perfectamente dibujados en unas pocas líneas.
Sabéis que no me gusta contar mucho de la trama en sí pero os puedo decir que Agota es directa y no se anda con medias tintas ni adornos, te cuenta exactamente lo que te quiere contar, sin importar si es duro, extraño o políticamente incorrecto. Así es su escritura, como un mazazo que te golpea y te sacude por dentro, que te desarma, a veces con una sola página le basta para dejarte pensando y preguntándote qué es lo que acabas de leer.

Al leerlos tenía la sensación de estar leyendo algo experimental, la imaginaba en su casa escribiendo, probando, simplemente dejándose llevar, 'a ver qué sale de esto'. Sin un objetivo concreto. Porque algunos relatos ni siquiera tienen principio y final como tal, no hace falta, simplemente eso es lo que ella quería que supieras. No tiene que convencerte de nada, es lo que ha sentido en ese momento y ya está. No hay más.
En más de un relato me ha dado la impresión de estar asistiendo al germen o la semilla de lo que sería después su obra más conocida, la trilogía 'Claus y Lucas', de la que solo he leído su primera parte porque me dejó totalmente en shock y no fui capaz de continuar, pero que espero terminar este año.

Creo que esta recopilación puede ser un perfecto primer acercamiento a la autora y su estilo o una forma de conocerla un poquito más si ya habéis leído otras de sus obras. Para leer, parar, pensar y volver a leer.

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Todo iba demasiado bien y esto era algo de prever. Era demasiado idílico acertar con todas mis lecturas. Una racha de grandes lecturas que se ha topado con una piedra en el camino. Piedra dolorosa e inesperada, la verdad. Llevaba años con ganas de reencontrarme con Agota Kristof y no me imaginaba que dicho reencuentro fuese así.
En esta ocasión no voy a buscar excusas ni achacar que no haya sido su momento. Simplemente no he elegido bien. Simplemente no es un libro para mí. Aunque no puedo negar que después de decir esto tengo sentimientos encontrados.

«Nací en un orfanato. No nací allí, claro, pero allí es donde tomé conciencia de estar en el mundo.
Al principio me pareció natural, creía que la vida era eso, un puñado de niños más o menos grandes, más o menos malvados, y unos cuantos adultos que estaban allí para defendernos de los más mayores. No sabía que hubiese niños en otros sitios, con padres, con un padre, una madre, hermanas, hermanos, una familia, como la llaman.»

'Da igual' reúne todos los cuentos que la autora escribió durante su vida. Veinticinco relatos muy breves que se me hicieron cuesta arriba. El libro no llega a las ochenta páginas y en cambio se me hizo eterno. No es algo que me guste decir pero... sinceridad ante todo, estoy aquí para hablar de lo que siento. Ha sido una lectura que no he llegado a disfrutar, que se me hizo bola en muchos momentos y siento que me sobran los dedos de una mano para enumerar los relatos que realmente me han gustado.

¿Cuál ha sido el principal problema? La excesiva brevedad, sin ninguna duda. Relatos que no llegan a la página completa con los que me ha sido imposible conectar. Incluso me atrevería a decir que tampoco me dio tiempo a comprenderlos del todo. Y lo que más pena me da es que los relatos que son más extensos sí me han parecido más destacables, incluso alguno de ellos brillantes, pero son mínimos. El resto han pasado por mí sin pena ni gloria, sin transmitirme nada, sin cambiar la facción de mi cara.

Siento que tengo una deuda pendiente, que algún día me gustaría reconciliarme con Kristof pero de momento voy a dejar que la herida se cure.
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Este compendio de 25 relatos breves es una muestra clara de la literatura de Agota Kristof. Directa, concisa, una maquinaria de relojería.

En este libro afloran muchos de sus grandes temas, la fugacidad del tiempo, situaciones descorazonadoras, están presentes en muchos de estos textos.

Pero vayamos a lo concreto y sin destripar más allá de lo que sugiere la contra:

"una mujer le explica al doctor que su marido se ha partido el cráneo con un hacha, al caerse de la cama"

Hace relatos muy atípicos, de los que no dejan indiferente. Pienso que saca todas las capas que rodean a una historia y se queda con la esencia, pero ¡qué esencia!.