En el amor descubrimos quiénes queremos ser; en la guerra descubrimos quiénes somos
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En el amor descubrimos quiénes queremos ser; en la guerra descubrimos quiénes somos
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Vianne respiró hondo. Y allí estaba. La razón por la que no podía tomarse un vaso de arsénico o arrojarse delante de un tren. Cogió el pequeño rizo de lana retorcida y lo ató a una rama de un manzano. El color borgoña resaltaba contra el verde y el marrón. Ahora, cada día en el jardín, cada vez que fuera hasta la cancela o recogiera manzanas pasaría junto a aquel árbol y pensaría en Antoine.
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- Bésame- susurró Vianne-. Hazme olvidar. - No es eso lo que necesitamos, Vianne- dijo Antoine mientras se inclinaba para besarla-. Sino recordar. |
"¿Cómo era posible que los alemanes aún no se hubieran dado cuenta - era octubre de 1941 - de que Francia se había convertido en un país de mujeres?
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Estaban en guerra. El tiempo era un lujo que nadie podía ya permitirse. El mañana se antojaba tan efímero como un beso en la oscuridad.
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Las heridas se curan. El amor dura. Permanecemos.
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Si algo he aprendido en mi larga vida es esto: en el amor descubrimos quiénes queremos ser; en la guerra descubrimos quiénes somos.
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Le sobran algunas páginas según mi opinión, después se vuelve tenso y con buen final.
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No pienses en quiénes son, sino en quién eres tú, en los sacrificios con los que puedes convivir y en los que te resultarán insoportables.
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Las mujeres nos limitamos a seguir con nuestras vidas. Para nosotras fue una guerra en la sombra. Cuando se terminó, no tuvimos desfiles ni medallas ni menciones en los libros de historia. Durante la guerra hicimos lo que debíamos y cuando terminó recogimos los pedazos y empezamos de nuevo.
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La leyenda de Sleepy Hollow es un relato corto de terror y romanticismo, se desarrolla en los alrededores de...