El destino celeste

En el año 1961, unos años después de que la Tierra fuera castigada por un meteorito, el hombre ya ha podido instalar colonias en la Luna. Ahora, el siguiente objetivo es llegar a Marte.

Elma York es astronauta, y ella será una de las tripulantes en la nave cuyo objetivo es llegar al planeta rojo en un tiempo estimado de unos tres años. Pero la tripulación no lo tendrá nada fácil, el viaje les depara situaciones llenas de peligro.
"El destino celeste" es la segunda parte de la saga "La astronauta" de la autora Mary Robinette Kowal, quien ha sido ganadora de los premios Nébula, el Locus, el Hugo y el Astounding. Además, la autora es presidenta de la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción y Fantasía de Estados Unidos desde 2019.

Como ya he dicho, "El destino celeste" es una segunda parte. Yo no lo sabía y empecé a leerlo con el miedo a no saber llevar el hilo de la historia, pero nada más lejos de la realidad. La autora ha sabido, muy hábilmente, darnos la información precisa para saber a grandes rasgos lo que ocurrió en la primera entrega sin entrar en demasiados detalles y hacernos un spoiler. Así que si llega a tus manos "El destino celeste" y no has leído aún "Hacia las estrellas", podrás leerlo sin perderte.

La autora nos sitúa en el año 1961, con unos hechos que en la historia real de la humanidad no han ocurrido. Unos años antes, la Tierra fue castigada por un meteorito, arrasando parte de Estados Unidos. Desde ese momento, el hombre se planteó colonizar la Luna, teniendo así un recurso extra en caso de otra probable colisión con otro meteorito, poder emigrar a ella en masa. Mary Robinette Kowal ha recreado con esta saga una ucronía muy creíble. Me ha gustado mucho esta otra forma de contar la historia, ya que lo más común es encontrarnos con distopías de un futuro y no como en este caso, que nos cuenta un hecho ficticio en un pasado alternativo.

La protagonista principal es Elma York, matemática y piloto aeroespacial. Sus hazañas harán que la prensa fije en ella su punto de mira y la sociedad la mirará como una heroína. Pero no es fácil ser una mujer con una profesión tan típicamente de hombres. Elma, en su día a día rodeada de hombres y apenas sin saberlo, luchará por la igualdad de la mujer. Pensemos que corre el año 1961 y la mujer tenía el rol de ama de casa y poco más, era impensable que una mujer casada como Elma se embarcara en un trabajo como el de piloto aeroespacial, pero ella es una mujer decidida y valiente que lucha por sus sueños. El resto de los personajes están muy bien construidos y todos tienen un rol que encaja perfectamente con la trama.

Nos encontramos con una historia muy bien documentada. Pese a ser ciencia ficción y la autora puede tomarse ciertas licencias a la hora de describir, Mary Robinette Kowal, amante del espacio y los viajes espaciales desde bien joven, ha tenido el apoyo de la NASA para documentarse, quienes le han asesorado sobre la flotabilidad neutra, científicos que estudian la superficie de Marte, ingenieros aeroespaciales quienes le asesoraron sobre la navegación por el espacio, especialistas en medicina aeroespacial, e incluso una diseñadora de trajes espaciales que le documentó de los errores más comunes a la hora de ponerse uno de estos trajes. Con toda esta base, toda la historia nos suena bastante realista y coherente aunque no tengamos conocimientos aeroespaciales.

Este tipo de libros suelen colarnos charlas demasiado técnicas, pero Mary Robinette Kowal usa un lenguaje muy coloquial en el que el lector no se va a perder entre palabras que no entienda.

Desde las primeras páginas, la narración es muy fluida y la acción no decae en ningún momento. Nuestros protagonistas pasarán por grandes aprietos, lo que hará que haya capítulos en los que el lector se coma literalmente las uñas.

En resumen, "El destino celeste" es una novela que gustará aunque el lector no sea asiduo a la ciencia ficción, porque tiene aventura, acción, compañerismo, rivalidades y unas grandes dosis de emoción. Sin duda lo recomiendo.


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