Las historias de este escritor tienen algo que las hace tremendamente reconfortantes. Te dejan la misma sensación que acurrucarte debajo de una manta cuando hace frío, no sé explicarlo, simplemente son emocionantes y divertidas y tan tan tan bonitas. Cuando empezó la novela no sabía muy bien qué esperar de ella, venía de leer The house in the cerulean sea y no sabía si esta me iba a gustar tanto. Efectivamente, es genial. Tiene el mismo tono pausado y tranquilo que la anterior; el ritmo perfecto para presentar a los personajes, sus historias, para reflexionar sobre la vida y la muerte. Simplemente preciosa, es una novela que hay que leer. |