La canción del lobo

Empecé este libro llena de expectativas, teniendo en cuenta que podría terminar decepcionada, pero no estaba preparada para todo lo «épico y asombroso» que fue esta lectura.

Más allá de mis expectativas y de que el tema en sí no fuera original, es verdad; nada que haya leído en mi vida puedo decir que no lo hubiera leído u obtenido un guiño en otros libros, o personajes y situaciones muy similares, pero es porque no podemos no comprender que los escritores más contemporáneos no hayan leído nunca cosas que les gusten para sus propios libros, consciente o inconscientemente, en mayor o menor medida, así que no pude más que reír de algunas referencias a vampiros brillantes y bromas de «conexión mística de la luna».

Lo que hace un libro único, y a este en particular, lo que lo diferencia de un montón de otros libros de fantasía con hombres lobo (lo comento libremente porque verdaderamente no hay gran misterio en este punto: el título ya nos desvela con lo que nos vamos a encontrar en su historia) es la pluma del autor; ese distintivo, ese toque que me hizo tan fácil y placentero perderme en las páginas, sumergirme en la historia y encariñarme con sus personajes.

Todo comienza cuando Ox, nuestro protagonista, quien nos narra los acontecimientos transcurridos en el libro, es abandonado por su padre a los 12 años y él debe crecer de repente; debe trabajar en el taller de Gordo (en el que su padre también trabajó), y a los pocos años —el día de su cumpleaños número 16— conoce a los Bennet, una familia con un secreto tan obvio que él no puede verlo por sí mismo aunque todas las señales estaban justo frente a él. Conoce a Joe, de tan sólo 10 años, un tornado de cabello rubio del que se hace amigo inmediatamente, y de sus hermanos Carter y Kelly. Ellos se vuelven parte de su familia, cuando creía que lo único que tenía era su madre y a Gordo y los chicos del taller, llegan estas maravillosas personas que lo aman incondicionalmente.

Todo empieza siendo triste y hermoso y, cuando acabé, sentí como si para mí también hubieran transcurrido más de diez años.

Sí, desde el inicio hasta el fin del libro pasa más de una década de la vida de todos estos y más personajes, que se ganaron un pedazo de mi corazón. Y este hecho no afectó en nada, pues lo disfrute mucho, ya que el autor los supo llevar muy bien y se me pasaron volando.

Se puede ver la evolución de cada personaje a lo largo de la trama (son 704 páginas así que no está nada mal), sobre todo de Ox, o así se muestra ya que Klune cuenta desde las vivencias de este personaje la historia. Ox pasa de ser un pequeño demasiado grande para tener 12, inseguro, solitario, callado, a convertirse un hombre fuerte, valiente mucho más de lo que fue en un principio.

También cambia Joe, que en algún punto deja de tener 10 años, y pasa a ser un adolescente y finamente también un hombre.

El romance entre ellos, pese a la diferencia de edad, no fue forzado; como ellos fue cambiando a medida que crecían, pero siempre me pareció de lo más dulce y hermoso de todo el libro. Aunque claro que también tiene sus partes fuertes y entiendo completamente que lo recomienden para lectores mayores a 16 años.

Creo que lo único que reprocho de toda la historia, lo que me pareció que le hizo falta es más información sobre este mundo fantástico, más contexto. Aunque nos enseñan las nociones básicas: lo que es un Alfa, un Beta, y un Omega, faltaron más detalles. Siempre parecía que los detalles tan ansiados se postergarían hasta el momento oportuno, pero jamás llegaron. Lo que en realidad quería saber era cómo funcionaba este mundo con hombres lobo y brujos, y si había otras criaturas aparte de estas.

Claro que no todo puede ser maravilloso, no todo es nubes de algodón y arcoiris. Llega el punto de quiebre donde el retorno no es posible y pone el mundo de los Bennet, de Ox y los otros de cabeza. Donde se deben tomar decisiones y lidiar con las consecuencias.

No voy a hacer una mención específica, pero todo gran libro debe tener un villano que nos haga fácil odiarlo con cada ápice de nuestro ser, y lo tenemos.

Fue un libro bien logrado hasta el punto que dude de cómo iba a concluir, pero el conflicto no fue de lo más descabellado y estuvo entre lo esperable y al mismo tiempo me gustó mucho.

Mis personajes favoritos son Carter y Kelly y los chicos del taller; Rico, Tanner y Chris que aportaron muchos de los momentos graciosos del libro, sobre todo cuando hacían comentarios o ponían en situaciones vergonzosas a Ox.

Fue una de mis mejores lecturas del año. Estoy ansiosa por poder leer lo antes posible su continuación: Ravensong.