Julie Klassen nos vuelve a deleitar con una novela de corte romántico de mediados del siglo XIX. En esta ocasión elige un pequeño pueblo para situarnos en una historia narrada con elegancia y destreza al combinar el baile , un acto social que servía antiguamente para concertar muchos matrimonios, con los oscuros secretos familiares que esconden varias familias de la aldea. Algo que me sorprende cada vez que leo a la autora es que sus escenas amorosas (por llamarlas de alguna manera) son un simple cortejo, en el que a lo sumo aparecen un par de castos besos. No es necesario nada que vaya más allá, para sentir la pasión de los personajes. Y por eso esta novela romántica te cautiva en la ilusión y los sueños de los personajes. Me ha encantado el carácter indómito de la protagonista que reniega de la vida que le ha tocado. Es una pena con qué facilidad una familia era desacreditada y se corría la voz de un condado a otro, cuando se rumoreaba que no era una familia decente. Nadie preguntaba más allá, no importaba si se era culpable o no. La fama los precedía para siempre. Nos abre una puerta a la justicia, a las segundas oportunidades, a creer en la palabra de las personas que tanto nos hace falta. Nos enseña que la alegría y la fiesta no es incompatible con el duelo. Es toda una declaración de intenciones hacia una vida en la que hay que disfrutar cada momento, antes de que se nos escape de las manos. Mi puntuación es ⭐⭐⭐⭐ |