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La historia nos sitúa en Cleveland, en el verano de 1980, en el que la protagonista, Phoebe Shaw, se gradúa junto a su prima y mejor amiga, Jacqueline. Pero algo está a punto de ocurrir. En medio de un verano convulso para la ciudad y los obreros de su fábrica, las chicas de la calle Denton comienzan a mutar: su cuerpo se transforma, sus uñas empiezan a mudar dando paso a cristales rotos, y sus huesos se convierten en óxido que va corrompiéndolas y marchitando su carne. ¿Cuál es el misterio de las Doncellas de Óxido? “Soy un insecto que soñó que era un hombre y le fascinó, pero el sueño terminó y el insecto ha despertado”. Estamos ante una historia profundamente feminista, ganadora del Premio Bram Stoker 2019 a la Mejor Primera Novela y, aunque a veces tenga uno recelos de los premios, no se ha llevado este galardón por casualidad o porque haya pactado con el diablo. No voy a esperar al último párrafo para decírtelo, porque tengo clarísimo que esta ha sido una de mis lecturas del año: este libro es imprescindible, tanto si amas el terror como si no. No vas a encontrar una novela de terror convencional, o que te vaya a quitar el sueño. Pero sí vas a conocer lo terrible y dolorosos que pueden ser los cambios. Porque esta historia va de eso y mucho más: un barrio obrero que se desmorona; unas adolescentes que han de dar el paso hacia la madurez; la importancia de la amistad; el amor; la soledad; el esconder la cabeza debajo del ala y huir, o encontrar la fuerza necesaria para enfrentarse a decisiones que van a marcarte la vida para siempre. Y todo eso, narrado en una historia con dos líneas temporales, con una fábrica de acero como testigo silenciosa del paso del tiempo, que te intoxica mientras lees cada párrafo, que hace que respires contaminación y herrumbre, asfixiándote el alma en una calle que, casualmente, no tiene salida. Gwendolyn te atrapa como a un insecto en su tela de araña perfecta, te envuelve en una prosa bellísima que te arrolla y te desgarra. Y cuando termina, solo tienes ganas de que te abra en canal y te arranque el alma y el corazón. A mí me lo ha robado. Espero que seas su próxima víctima. |
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