Lo que empieza como un juego para ver quién fastidia a quien y con una apuesta bastante machista de por medio, no podía acabar de otra forma. Gareet y Faith no se soportan. Ella cree que él es un preopente pagado de sí mismo y además idiota, algo que no deja de llamarle a lo largo de todo el libro. Él cree que ella es una tía rara a la que puede manejar a su antojo para conseguir que su trabajo no cambie. Reconozco que al principio no soportaba a Garret y no alcanzaba a entender la obsesión de Faith por esconderse con esas ropas "de hacer limpieza en casa". Tras revelarse mutuamente sus pasados y sus inseguridades, he llegado a entender que en el fondo los dos se han creado una coraza a través de su apariencia y su forma de actuar de cara a la galería. Sus primeros encuentros son hilarantes y aunque a lo largo de todo el libro se mantienen esas escenas llenas de humor, poco a poco se van alternando con otras en las que se muestran tal y como son. El final era de esperar, no se puede ocultar eternamente algo como lo que Garret y Morgan planearon, estando su "compañero de reparto" enterado de todo. Se lee rápido y no le doy más puntuación porque necesita una buena corrección. + Leer más |