Escrita en 1928, Los pescadores narra la historia real del conflicto entre los habitantes de la ciudad de Gjøl y un grupo de pescadores que se trasladaron allí desde la costa del mar del Norte. ¿La diferencia entre ambos y la causa de los conflictos? La fe y la manera de entenderla y vivirla de cada comunidad. Los recién llegados a la zona son sumamente estrictos con la religión y su día a día, y los habitantes del pueblo viven algo más relajados. En un principio, reconozco que me costó hacerme el croquis mental de quién era cada personaje. A las pocas páginas, la personalidad de cada uno sale a flote y te sitúas como lector muy fácilmente. El fundamentalismo religioso, pero también el papel de la mujer en estas culturas tan extremas, es el claro protagonismo. Y de aquí podemos ir encontrando reflexiones morales o psicológicas que trasladadas a nuestra épocas bien son necesarias. Aunque, en realidad, dejando de un lado la religión, para mí, estamos ante una novela costumbrista. Pasan las épocas, los años y acompañamos a sus protagonistas en su vida. Se forman parejas, se pierden empleos, se tienen hijos, se independizan, se construyen casas mejores… Eso sí, os advierto que las descripciones son sublimes: leer ciertos parajes y creerte en medio de un fiordo es posible gracias a un estilo sin metáforas ni decoración. Esta es una de las novelas danesas más importantes del siglo xx y su lectura es de referencia en todas las escuelas de Dinamarca |