Y entonces llegó la alegría de la huerta y dijo: Tampoco es para tanto... Y el mundo enloqueció. El argumento de esta historia lo he visto hasta en la sopa, que fuera King o no el primero, lo desconozco, cambia un artilugio por otro, el resultado es el mismo y por tanto me faltó esa...emoción... Si queréis glorificarle, adelante, seré el primero en echarle agua bendita y hasta limpiare la pila bautismal, pero el maestro tiene textos mejores y lo sabeis. Acepto que el autor maneja como quiere lo que se lo ponga por delante, que Andy es un personaje extraordinario y que está visita a las entrañas de una cárcel es, en ocasiones, abrumadora. Corrupción, abuso, aislamiento frente a la paciencia, a la esperanza, luz para el alma de corazones hechos tinieblas. Me falló el narrador, la forma de contar las cosas es la clave de que una historia leída, oída, vista varias veces penetren o resbalen por tu piel. Jabón, espuma de baño con muy buen olor, limpia, deja aroma pero no me exfolió. De todas formas con tantas aclamaciones el equivocado debo ser yo, no en mi percepción, que es única, personal e intransferible, mas bien, en la de la abrumadora lista de lectores que adora esta novela corta. Pero el cementerio está lleno de sinceros y valientes y ya está el enterrador frotándose las manos, pues sabe que pienso que al relato le faltó algo, le sobro algunos datos y que perdí su equilibrio a la mitad y no había red. Que le voy a hacer, así lo sentí... Así os lo he contado. Los tomates que no estén muy podridos por favor. PD. Me gustó pero no me enamoró...seguirá siendo culpa de Los miserables. O no. + Leer más |
Richard Bachman hace años que no está entre nosotros pero dejó su obra marcada a fuego en quienes leemos a Stephen King. Junto al escritor Luciano Lamberti, ganador del premio Clarín novela por Para hechizar a un cazador, Ariel repasa la obra de Bachman y deja que se cuele una novela que ambos defienden con uñas y dientes: Los Tommyknockers.
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