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He llegado a la añorada Castle Rock, esta vez para enfrentarme a una historia más que humana. En todos sentidos, con personajes entrañables, con temáticas absolutamente humanas, pero aún no totalmente aceptadas, el matrimonio intergenero, con relaciones de pura solidaridad, basadas en la comprensión, con eventos humanamente increíbles. Stephen King me ha llevado corriendo,( literalmente ) a través de la ciudad, y me ha hecho recordar lo que siente todo corredor, que busca que cada paso, cada Zancada cuente, que cada metro recorrido valga la pena. La emoción de avanzar, la distracción del cansancio, la fatiga, el dolor, a base de pensar en lo que está por venir, lo que se ha de lograr, de observar minuciosamente cada detalle del camino, del entorno. Me ha llevado a la meta a pesar del clima, y finalmente me ha elevado a base de pura adrenalina, como en cualquier final de carrera. Final en el que se aprieta el paso parra cerrar de manera mas gloriosa, y quedarse con la magia de la conclusión. Paladeandola por largo tiempo, como una más de las medallas o trofeos que se obtienen de una buena carrera. De tal forma que quedas con ganas de más, y ansías la próxima...novela, esperando que sea tanto o mas grata que la presente. Finalmente el triunfo le pertenece a uno pero la recompensa la obtienen todos... En la novela y en la carrera. Nuevamente Castle Rock ...aquí todos flotan |
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