El juego de Gerald

Las palabras tienen ciertas formas de crear sus propios imperativos.

Jessie le lanzó una atenta mirada y observó algo terrible: Gerald lo sabía. Sabía que ella no bromeaba al decir que no quería continuar con aquel número. Gerald lo sabía, pero optaba por ignorar lo que sabía.

"Es extraño las cosas que una recuerda cuando cree que le ha llegado la hora de morir, ¿verdad? "

Es extraño las cosas que una recuerda cuando cree que le ha llegado la hora de morir, ¿verdad?

Deberían promulgar una ley que nos obligase a todos a obtener una licencia o un permiso académico antes de que se nos autorizara a hablar. Hasta haber superado el examen de capacitación oral, uno tendría que permanecer mudo. Eso resolvería un montón de problemas.

Hay verdades que, sencillamente son demasiado desagradables para salir a la luz y que se comprendan. Demasiado injustas

Cada vez he llegado a convencerme más de que la única razón por la que un hombre te coloca un anillo en el dedo consiste en que la ley ya no le permite colocártelo en la nariz

Cualquier mañana, uno se despertaba en la cama sin saber que acaso fuera la última vez que lo hiciese.

Las palabras tienen ciertas formas de crear sus propios imperativos

Jessie había descubierto que la compasión era algo que resultaba barato y, en consecuencia, se derrochaba después de una tragedia...y que toda la compasión del mundo tenía el mismo valor que las lágrimas de un millar de cocodrilos