Esta edición tiene un cuento de Nathaniel Hawthorne que también me gustó mucho, aunque el de Stephen King me gustó más. Leí este relato en el sillón, de noche, tapada con una frazada, y me dio miedo. Aunque sospecho que si lo hubiese leído sentada al sol en el balcón también me hubiese dado miedo, porque mientras lo leía, yo estaba ahí en el bosque, donde se bifurca el río, siendo acechada por ese ser misterioso y maligno que vestía traje negro. Como siempre, las historias de Stephen King son espeluznantes. Y me encantan. |