Cementerio de animales

Stephen King vuelve a descubrirnos una de sus grandes virtudes en este libro, traspasar la delgada línea que separa la razón de la locura y hacerlo de una forma tan natural, que el lector se ve envuelto en esa espiral sin darse cuenta. A través de los sucesos que se van aconteciendo, vas sintiendo la desesperación y la angustia de los personajes.
Por supuesto estamos hablando de un maestro a la hora de jugar con la mente del lector. El libro cuenta con una gran cantidad de giros, engaños, situaciones que no son lo que parecen, saltos bruscos de la realidad a la imaginación y viceversa... y eso hace que siempre estés enganchado a la lectura y que en más de una ocasión, tú mismo sientas dentro de ti la locura del protagonista.
Pienso que el final queda demasiado abierto. No es precipitado, pero hay muchos círculos que no se acaban de cerrar, alguna situación que no está del todo resuelta y algunos sucesos y planteamientos que acaban sin explicación, pero no es demasiado grave ya que creo que es esa sensación la que el autor quiere que experimentemos.
Me ha gustado mucho el libro. Tiene un ritmo bastante dinámico y salvo en contadas ocasiones el nivel de atención no decae. Hay momentos de verdadera angustia (más angustia que terror) y aunque hay partes que son muy predecibles, esos giros en la historia de los que hablaba antes, que se producen constantemente hace que nunca esperes lo que viene. Y así, hasta el mismísimo final.