Carrie es una adolescente que tiene poderes psíquicos, con una madre (Margaret White) que está como una auténtica cabra, muy mala malísima, a la que odié mucho. A pesar de ser un libro cortito, nos aborda varios temas. Por un lado tenemos el fanatismo religioso, el bulling que sufre Carrie en el instituto, y los fenómenos paranormales (la telequinesia) que van a desencadenar una serie de desastres... Con los libros de S.K. siempre me pasa lo mismo. Y es que me "sobran" páginas, al principio el ritmo suele ser bastante lento y se lía mucho mucho, a pesar de eso, siempre acaba por sorprenderme, porque me mantiene enganchada e intrigada, así que tengo que continuar. Lo mejor de la historia sucede al final, que por cierto, no me esperaba que fuese a acabar asi... |