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El ¿bueno? de Stephen King escribe tan rápido que en algún momento se vio obligado a usar un heterónimo para que alguna editorial aceptase sus novelas ("¿terror a la página en blanco? ¿a mí? ¡Chúpate esa!). Pulp fiction pura y dura, con una traducción apresurada que no pilla una de las múltiples referencias ni a la de ¡tres! pero está bien, mamá: from lost to the river and to the silly soup. En plena crisis del petróleo de 1973, y con una feroz crítica a la especulación urbanística de los ayuntamientos, asistimos en el asiento del copiloto al acelerón a todo gas de Barton George Dawes (cuarenta años recién cumplidos y no te olvides de Freddy) hacia su protagonismo de un premio Pulitzer de periodismo. ¿Predecible? Repito mi impresión de Carrie de hace medio año: al igual que en una tragedia griega, ya puedes intentar hacer trampas con el destino (que no); que no; y lo sabes. Dilo otra vez, Emiliano: me atrapa el escalofrío cotidiano de Mr. King, me vuelven loco las referencias culturales tan bien dejadas caer (Al Stewart, Matadero cinco, Matthew Arnold y Let It bleed de los Rolling: es de hacerle la ola), algún personaje tal vez pueda sobrar pero, yo al menos, quisiera saber más acerca de Olivia Brenner. ¡Ah! Mención especial para la perra del señor Piazzi, "la ética del perro entrenado" and all dog's things, que en septiembre toca Cujo con mis queridos amigos de @clubliterario_atreyu "Creo que estoy a punto de ponerme a gritar. Por las cosas perdidas. Por tu sonrisa, Mary. Perdóname si echo la cabeza hacia atrás y me pongo a gritar por la sonrisa que ya nunca aparece en tu rostro. ¿De acuerdo?" "Había sido como conducir un coche en un derrape, o engañarse a sí mismo pensando que lo conducía, para, justo antes del choque, levantar las manos del volante y llevárselas a los ojos." "un banco era un lugar donde se suponía que el dinero era como un dios, algo que no se veía y se reverenciaba." "—No, no, escúchame tú a mí. Límpiate los oídos. Hacerse viejo es como conducir el coche a través de una capa de nieve que cada vez se hace más y más espesa. A partir de determinado momento uno no hace otra cosa que girar y girar las ruedas, que no cesan de patinar. Eso es la vida. Ningún tractor vendrá a sacarte del atasco. Tu barco no llegará para salvarte, muchacha. Y no hay botes salvavidas para nadie. Nunca ganarás una disputa. Ninguna cámara seguirá tus pasos y no habrá nadie contemplando tu lucha. Todo es así." |
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