Stephen King es un maestro en la creación de los personajes y en este libro no iba a ser menos. Billy Summers es un asesino profesional que acaba de aceptar su último trabajo. Es un asesino con ciertos escrúpulos "solo mata malos". En este último encargo se tiene que hacer pasar por escritor pero lo que era una tapadera se acaba convirtiendo en una catarsis emocional. Escribir está bien. Siempre ha deseado hacerlo, y ahora lo hace. Está bien. Pero ¿quién iba a decir que dolía tanto? Billy plasma sus recuerdos mientras planea el que será su último asesinato. Y a pesar de todas sus precauciones, todo sale mal. Una historia de redención, alejada de lo sobrenatural y con algún guiño al mítico Overloock de El resplandor. He disfrutado. |