Esta historia arranca con el juicio en el que Elizabeth es acusada de haber provocado el incendio que causó lesiones a varias personas y la muerte de dos. Una de ellas, su hijo autista. La historia está dividida en días y narradores y lo mejor, a mi parecer, es que cada uno de ellos aporta algo que -complica- redondea esta historia que, además, habla de maternidad, discapacidad, terapias, desarraigo, choques culturales y lealtades. |