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Maeve y Robin (gemelos), huérfanos, se trasladan a vivir al "Hotel de las musas", regentado por su abuela, una mujer a la que le encanta la literatura. Mientras pasa el tiempo, Maeve y Robin se hacen amigos de Daniel, que con el paso de los años se vuelven inseparables. Los gemelos intentarán superar la muerte de sus padres a su manera. Un día, Daniel besa a Maeve el mismo día que le muerde un tiburón. Años más tarde, Maeve regresa a la isla en la que creció convertida en una excelente bióloga marina. Para Maeve, regresar le trae infinidad de recuerdos, tanto buenos como malos. Por un lado, Daniel, el chico que la besó una vez y que eran íntimos amigos y por el otro, Nicholas, su compañero de buceo. No solo está la historia de amor de los tres protagonistas, también Maeve está en un caso sobre los tiburones. Furtivos que cazan a los tiburones para arrancarles las aletas y devolverlos a su hábitat a que mueran. Y Robin (que a mí, principalmente, me ha encantado) ha escrito un libro sobre su hermana, a la vez que regenta el "Hotel de las musas" junto a su abuela, Perri. Maeve, me ponía demasiado nerviosa, y más su actitud. Otro personaje que me ha puesto de los nervios, y no entendía lo que quería realmente, es Daniel. Nicholas es tan perfecto y con su propio pasado que me ha parecido demasiado entrañable. Y luego está Robin, que me encanta y el personaje de Hazel, que será alguien muy importante. Este libro me ha encantado. Me encanta como escribe la autora. Amo como han ido evolucionando los personajes, de tal manera que, o los amas o los odias. Pero sin duda, lo que más me ha gustado, es como la autora, habla sobre el maltrato animal (en este caso marino), como la gente se beneficia de los ellos a costa del propio sufrimiento de los animales. Porque por desgracia, a día de hoy, esto es una realidad. |
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