La deshonra de Sarah Ikker

Hoy os traigo una reseña que puedo hacer gracias al ejemplar que recibí de Masa Crítica de Babelio. En cuanto al autor, este es mi primer contacto con él, aunque sí había escuchado hablar maravillas de su pluma. Cuando vi uno de sus libros en el listado de Masa Crítica quise darle una oportunidad —a pesar de que la portada no me atrajese en absoluto— y tuve la suerte de que fue su obra la que me tocó. Así que aquí estoy hoy contándoos mi experiencia.

RESUMEN

Driss Ikker es, desde hace algún tiempo, un hombre afortunado. Tiene a Sarah, una mujer por la que muchos perderían la cabeza, como esposa y un trabajo que le permite vivir con toda clase de lujos y sin restricciones. La vida parece sonreírle hasta que un día, al llegar a casa, encuentra a su mujer maniatada sobre la cama. Ha sido violada. A partir de entonces, todo se vuelve un infierno.

Desde la comisaría donde trabaja como policía se dedican a investigar acerca de lo sucedido. Sin embargo, para Driss el esfuerzo del comisario Rachid Baaz, el teniente Alal Jay y el inspector Brik no son suficientes, por lo que empieza a estudiar el caso por su cuenta junto a su amigo el sargento Farid Aghroub. ¿Encontrará la verdad que tanto ansía?

Al mismo tiempo Sarah lo está pasando mal. Hija del respetado Abderrahmane Choraf tiene mucha carga sobre su espalda. Intentará por todos los medios superar la agresión sexual que ha sufrido, aunque ni su marido, que lleva semanas sin dirigirle la palabra, ni nadie a su alrededor parecen entender su dolor.

ESTRUCTURA

La deshonra de Sarah Ikker se divide en 24 capítulos cortos narrados en pasado y en tercera persona. La brevedad de los capítulos hace que sea rápido de leer, aunque esto no conlleva que la lectura sea más amena por motivos que os comentaré más adelante.

En cuanto a la pluma del autor, no he conseguido conectar con ella. Ya sabéis lo que se dice de que las altas expectativas a veces nos juegan malas pasadas y es posible que, en esta ocasión, me haya dejado llevar por las opiniones que había escuchado acerca de la narrativa de Yasmina Khadra. Como ya he comentado, no ha habido nada en la forma de narrar del autor que me haya cautivado —ni conmovido, aunque claramente no fuese esa la intención de la historia—, por lo que en este aspecto no ha sido un libro que haya disfrutado en exceso.

Por lo que respecta al ritmo me ha resultado excesivamente irregular. Muy lento al principio, consigue arrancar a un par de capítulos de terminar la historia. Como era de esperar con estas características, la lectura se me ha hecho bastante cuesta arriba, pues no despertaba mi interés al tardar tanto en avanzar la trama.

PERSONAJES

Los personajes principales, Driss y Sarah me han despertado sensaciones totalmente contrarias. Él, por una parte, me ha resultado detestable. Su reacción ante la violación de su mujer es deleznable; no entraré en detalles porque sería desvelar demasiado pero en más de una ocasión me ha entrado tal impotencia que he tenido que cerrar el libro y ponerme a hacer otra cosa. Ella, por otro lado, me ha gustado más, pues he podido empatizar más con su personaje. Ante su situación tiene que dejar de lado sus sentimientos y su propio dolor, pues nadie la entiende.

Y es aquí donde entra mi personaje favorito, Narimène, la mujer de Rachid Baaz, comisario y jefe de Driss. Si algún personaje ha conseguido despertarme simpatía ha sido ella. Es la única que, dentro de lo que cabe, muestra sororidad con Sarah. A pesar de que la concepción de la mujer en el Islam sigue siendo un lastre que les pesa a las dos, Narimène es capaz de ponerse en su lugar, entenderla y ser una mano amiga cuando todo el mundo le ha dado la espalda.

Los demás personajes secundarios se me han hecho bastante insulsos, quitando de Slimane, el secretario del comisario, que en algún momento sí me ha generado interés.

TRAMA

De la trama, si algo tengo que destacar es la representación de la postura de la religión islámica frente a una violación. Desconozco si es fiel a lo que ocurriría en la realidad o si las reacciones de los personajes son reflejo de la sociedad real, pero me ha hecho reflexionar mucho y de ahí que sea de los aspectos que más me han llamado la atención del libro.

He sentido verdadero desasosiego e impotencia viendo cómo se posicionaban todos —tanto hombres como mujeres— ante el abuso sexual que sufre Sarah. Como acabo de mencionar, no sé si será esto lo que ocurre de verdad en estas situaciones en los círculos musulmanes, pero sí es así te hace cuestionarte lo muchísimo que nos falta por avanzar en materia de feminismo.

Por último, el final ha sido lo que ha conseguido que le dé más puntuación al terminar. Durante la historia, el ritmo es irregular. El principio es algo lento y tedioso pero, es llegar a los últimos capítulos, y la trama se vuelve trepidante y llena de giros inesperados. Te cambia toda la historia y rompe los esquemas de lo que esperabas. Solo por esa maestría para desorientar al lector es posible que le vuelva a dar una oportunidad al autor.
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Admito que esta novela me ha entusiasmado en el sentido de que aunque me esperaba una novela negra, las claves y el estilo de Khadra van mucho más allá, destapando toda una forma de vida dentro de la sociedad magrebí, y sobre todo, una serie de temas muy complejos como es del tratamiento de la mujer en esta cerrada sociedas patriarcal.

Driss Ikker es teniente de la policia en Tánger y vive feliz junto a su mujer, Sarah. Sus orígenes no han sido fáciles al contrario que los de su mujer, que proviene de una familia de la alta jerarquía policial. Cuando se conocen, Sarah ya le da entender lo difícil que lo tiene una mujer en la treintena, todavía soltera:

"En Marruecos, haya nacido con una cuchara de plata en la boca o con una albarda en la espalda, toda soltera es objeto de burla, cuando no de desprecio".

El matrimonio de Driss con Sarah le proporciona una serie de privilegios instantáneos, automáticamente es ascendido y dependiendo de si se sienten cómodos o no, con sus destinos, no hay problema en que buscarles el sitio más adecuado para que se instalen. La novela sin embargo, tiene un comienzo que es como un mazazo, como una bofetada porque una noche cuando Driss vuelve inesperadamente de de un viaje a Casablanca se encuentra a Sarah inconsciente y maniatada, victima de una violación. A continuación a su vez es también agredido Driss y dejado inconsciente.

A grandes rasgos este podría ser el comienzo y a partir de aquí, la novela se convierte en una especie de montaña rusa, imprevisible en cuanto a emociones, e inesperada en cuánto a actitudes de los personajes que aparecen en escena. Driss se obsesiona con la agresión sufrida por ambos, y sobre todo, es incapaz de procesar esta violación porque se siente a su vez personalmente atacado en su honor. El honor, es para mi el gran tema en esta novela, e imagino que para entenderlo bien habría que conocer mucho mejor la sociedad magrebí que nos ocupa. Es incomódo a medida que avanzas en la lectura, comprobar como Driss, un hombre joven, teniente de la policia honesto e inteligente, se ve incapaz de enfrentarse a los demonios e incapaz de relacionarse con su mujer, con la que apenas se ve capaz de comunicarse:

"Como soportaba cada vez menos la contagiosa melancolía de su mujer, le costaba volver a casa. de hecho, ya casi ni se hablaban. Convivían como dos entidades incompatibles atrapadas en un mismo laberinto."

Es una novela que funciona en varios niveles: por una parte tenemos el argumento central que es el de la agresión sufrida por la pareja, y la investigación (una investigación muy sui generis), y por otra parte, y para mi la más interesante, son todos esos conflictos que van surgiendo, que desde luego destapan y ponen sobre el tapete la corrupción en todos los niveles (imposible dar un paso sin comprar o vender favores), el papel de la mujer en esta sociedad profundamente enquistada, consideradas propiedad de ellos y quizás por ese orgullo mal entendido por parte de ellos, el honor no deja de ser más que una excusa para la cobardía, para mirar a otra parte:

"Millones de mujeres son agredidas a diario. ¿Por qué quieres que encima tengan que morir por ello? Tu honor no deroga el de tu mujer. Además, se trata de una violación, y el honor , en ese caso concreto, no pasa de ser una excusa poco creíble para mirar hacia otra parte."

En definitiva es una novela que me ha encantado. El estilo de Yashmina Khadra es directo y áspero, y el personaje de Driss Ikker es quizás un personaje muy incómodo en el sentido de que aquí no hay blancos ni negros, sino una gran gama de grises, como la vida misma, vaya. Tenía ganas de leer a Yasmina Khadra, pero entre unas cosas y otras no le había podido hincarle el diente, y ahora me ha venido la oportunidad a través de Babelio España en esta edición de Masa Critica y por supuesto gracias a Alianza LIteratura, que me enviaron un ejemplar a cambio de una reseña honesta. Y estoy encantada con la experiencia y por supuesto, de que me llegara a través de Yasmina Khadra, un autor interesantísimo.
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Driss se quedó desconcertado al ver a su mujer totalmente desnuda, tumbada boca abajo en la cama. Tenía las manos atadas al cabecero, algo negro en la boca y una cinta de pelo tapándole los ojos. No le dio tiempo a entender, aún menos a reaccionar. Un violento golpe en la cabeza lo hizo caer sin sentido al suelo” ~ La deshonra de Sarah Ikker de Yasmina Khadra.

Después de leer Los virtuosos y quedar tan enganchada a la forma de narrar de este autor no pude evitar lanzarme de cabeza a otra de sus historias. Para compensar opté por una novela policiaca y os adelanto que aunque la historia no ha sido de “wow”, me reitero en que me gusta cómo escribe y cómo monta las tramas.

En este caso viajamos a Tanger, y al inspector de politica Drimis Ikker, un personaje peculiar al que resulta un pelín complicado entender. Lleva demasiadas cosas en la cabeza y algunas no las he llegado a entender hasta el final –de hecho lo he juzgado buena parte del libro de injusto y soberbio. Un final que no lo veía venir por ninguna esquina.

La trama versa sobre una investigación particular que Ikker está llevando a escondidas de su departamento tras encontrar en su casa a su mujer, inmovilizada en la cama y violada. Pocas pruebas y la investigación oficial parece no arrancar hacia ningún lado, así que Ikker afronta la situación con muy malas pulgas.

Me ha resultado una historia amena, con algunos personajes que destacaría por su ironía y sarcasmo y que siempre me resulta agradable leer sobre novelas policiacas contextualizadas en otras culturas. Si os animáis, os doy un último empujón: es cortita y se lee muy fácilmente.

En esta novela conoceremos a el teniente Driss Ikker y a su mujer Sarah.
Llevan una vida acomodada y son felices hasta que un dia el teniente vuelve antes del trabajo y la encuentra atada a la cama, con una venda en los ojos y desnuda.
A parir de aquí comienzan las investigaciones, pero Driss no se fía de nadie y hace una investigación paralela, aunque nunca podría haberse imaginado como sucedieron los hechos.

- Al principio me ha costado engancharme, ha sido hacia la mitad del libro cuando ha empezado la acción y los giros cuando me ha empezado a interesar.

A el personaje de Driss al principio no lograba comprenderlo, después he entendido muchos de sus actos.
El final es una bomba y te deja con la boca abierta.
Recomendable si te apetece un thriller rápido de leer y con un final inesperado.

El libro está bien escrito, pero nos muestra una realidad, cruda y triste.
Triste porque en el mundo pasen cosas así, que se tenga que llegar a ese extremo.
El trasfondo es la vida de la mujer musulmana, la corrupción, el poder, los ricos versus los pobres..