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Una maravilla de novela. Si esto no es el mejor ejemplo de evolución de un personaje, no sé qué más puede serlo. El trabajo de Daniel Keyes para mostrarnos en cada página del diario el auge y declive de Charlie es alucinante. Pocas veces había empatizado tanto con un personaje: con cada pequeño logro me emocionaba, y con cada recaída me inquietaba. Y en el tramo final casualmente se me ha metido algo en el ojo y se me ha humedecido... Si hay algún profesor/a de filosofía leyendo esto: cuando expliquen el mito de la caverna de Platón, por favor, hagan a sus alumnos que lean este libro y no se compliquen la vida. |
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