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ISBN : 8494923293
340 páginas
Editorial: La Biblioteca De Carfax (09/11/2020)

Calificación promedio : 4.38/5 (sobre 73 calificaciones)
Resumen:
David vive al lado de los Chandler. Un día de principios de verano descubre que Meg y su hermana Susan se han mudado a la casa de los Chandler y van a ser sus vecinas. Será el comienzo de una terrible pesadilla.
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Críticas, Reseñas y Opiniones (42) Ver más Añadir una crítica
Nacholuchi
 18 June 2019
Estados Unidos, mediados del siglo XX. Dos hermanas, Meg y Susan, son trasladadas a la casa de una primos lejanos cuando sus padres mueren en un accidente. Su tía, Ruth, es una mujer que ronda los cuarenta años y está progresivamente entrando en un estado de locura total. Toda su furia la descargará en las chicas, y no lo hará sola, sino que contará con la ayuda de muchos chicos del barrio.

La chica de al lado es una novela basada en un caso real, que ocurrió en dicho país norteamericano en 1949, en Indianápolis. Es entonces que una de las cosas que hace Ketchum es cambiar los nombres de los personajes, así como también sus edades. También modifica algunos otros hechos, pero en lo que refiere a las cuestiones más importantes del caso real se mantiene bastante fiel. Gran parte de la historia permanece muy similar, pero al mismo tiempo, el trabajo que hace el autor a nivel literario es para destacar. La chica de al lado podría ser una novela sobre tortura y nada más. Pero no hay dudas de que no lo es, y eso claramente se valora y mucho.

En la portada hay escrita una frase que considera al libro como “una de las lecturas más inquietantes en la historia de la literatura de terror”. Este género no es el que leo más habitualmente, pero sí he leído algunos textos y puedo afirmar con certeza que este es sin lugar a dudas el más impactante. Está escrito con una crudeza pocas veces vista, que convierte a La chica de al lado en una novela muy dura. Uno no se olvida de ella fácilmente y, de hecho, sigue rondando la cabeza del lector días después de haberla terminado. No hay muchos libros que logren esto. Claro está que hay un cuestión muy importante que también alienta a que esto suceda, y es que estamos hablando de un hecho real. Es decir, sabemos que pasó. Pero, de igual manera, y teniendo en cuenta la parte más literaria de la historia, la novela no es solamente una versión en prosa de algo que realmente ocurrió. Es un libro muy bien logrado en términos narrativos, que consigue que el lector se interese en lo que está leyendo y, a pesar de contar con hechos espantosos que son difíciles de digerir, uno siente la necesidad de continuar con la lectura.

El primer tercio de la novela, aproximadamente, nos introduce en el barrio en donde ocurren los hechos más importantes de la historia. Todo lo conocemos a través de los ojos de David, el narrador en primera persona, que nos va contando, años después, cómo es que sucedieron las cosas y cómo él indefectiblemente se vio involucrado. En ese sentido, Ketchum logra construir una voz muy potente. La narración de David es muy verosímil, porque su accionar no lo muestra, en todo momento, necesariamente como un héroe. Es decir: él vio lo que pasaba, vio lo que le hacían a Meg y a Susan, pero en muchas ocasiones no reaccionó. O, quizás, no pudo. Y eso tiene sentido, porque estamos hablando de chicos de unos doce o trece años. Ningún chico de esa edad se va a rebelar contra un adulto (en este caso, Ruth, la tía) al cual se lo ve claramente desequilibrado. Es obvio y entendible que tendría miedo a las represalias y a las consecuencias de sus actos. Podríamos pensar que tranquilamente, por el hecho de contradecir a Ruth, David recibiría toda su furia. Porque de hecho, nadie se lo contó: él vio con sus propios ojos lo que esta mujer le hace a Meg y a su hermana.

Con el correr de las páginas, el lector va viendo cómo Ruth cae más y más en un estado de locura irreversible. Pero no es una locura cualquiera: es un trastorno que daña a los demás. No es un trastorno pasivo, sino que influye directamente en las personas que la rodean. No solo en el sentido de las torturas a las que somete a las dos chicas, sino que simultáneamente va alentando a que todos los demás chicos del barrio participen de ellas. Primero hace partícipes a sus hijos, y luego consigue que los amigos de éstos también se sumen al juego. Es por eso que la narración, en este punto, se va volviendo mucho más explícita, mucho más concreta en cuanto a lo que le hacen a Meg y Susan, pero más específicamente a la primera de ellas.

Sin embargo, y aquí tiene que ver con el trabajo literario que hace el autor, hay partes en las que el narrador decide no contar lo que pasa. Decide no dar detalles de las acciones que se suceden, y basta con decir “esto no lo voy a contar” para que la página quede en blanco. No es necesario que nos expliciten todo lo que va ocurriendo, porque sería pasarse de violento. Uno como lector sabe las cosas que pasan en ese sótano, y tampoco es indispensable que lo conozcamos al pie de la letra porque si alguna cuestión no se explica también podemos imaginarla. Eso es lo que hace Ketchum en términos literarios: maneja la narración. No hace de esta historia un mero reconto de hechos o una crónica periodística. Por el contrario, hace de esta historia una novela, con la cual uno puede apreciar su destreza narrativa, y la forma en que logra darle una voz al narrador; detrás de esa cadena de situaciones tan espantosas y tan horribles, hay alguien que cuenta.

Probablemente, una de las cuestiones que más me impactó de esta novela no solo tiene que ver con las torturas a las que someten a las dos hermanas. Por supuesto que eso es, en gran parte, sobre lo que versa La chica de al lado, pero hay otro aspecto que hizo que el impacto fuera mayor: que estos métodos de tortura fueran propinados, la mayor parte del tiempo, por chicos. Chicos de la edad de la víctima. En determinados momentos Ruth no hace nada porque atraviesa momentos de tanta locura que se encuentra ida, sin reacción. Es realmente terrible la crueldad con la que los chicos accionan, y uno a veces no puede creer lo que lee. No puede entender cómo se puede actuar con tanta maldad, con tanto odio hacia el otro. Con tanto desprecio porque sí. Y, como si fuera poco, ni siquiera nos queda el alivio de que lo que estamos leyendo sea ficción.

La chica de al lado es un libro que impresiona, que choca, pero que también da muchísima tristeza. Jack Ketchum escribe muy bien, y consigue que su novela no sea solamente una descripción de los hechos que sucedieron, en la realidad, en ese sótano de Indianápolis en los 50. Es, además de esto, una historia en donde el narrador adquiere una voz propia: hay alguien detrás de todo esto. Esta cuestión es sin lugar a dudas para valorar, porque más allá de basarse en un hecho real, el autor también consigue despegarse un poco de eso y dotar a su libro de aspectos literariamente muy destacables.
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margazquez
 01 February 2020

"¿Crees saber lo que es el dolor?
¡Habla con mi segunda mujer. Ella lo sabe. O cree saberlo!
Cuenta que, una vez, cuando tenía diecinueve o veinte años, se interpuso entre una pareja de gatos que se peleaban (su gato y el de un vecino) y que uno de ellos fue hacia ella, trepó por su cuerpo como si fuera un árbol, y le dejó heridas en las caderas, los pechos y la tripa que todavía pueden verse hoy en día. La asustó tanto que cayó sobre el Hoosier de principios de siglo de su madre, y al hacerlo rompió su mejor figura de porcelana y se dejó un arañazo de quince centímetros en las costillas, mientras el gato, una masa de dientes y garras y furia ciega, descendía por ella. Creo que me dijo que le dieron treinta y seis puntos. Y tuvo fiebre durante varios días.
¡Mi segunda mujer dice que eso es dolor!
Esa tía no sabe una mierda."

Este es el principio de "La chica de al lado" y resume a mi modo de ver de forma muy clarita tanto el estilo del autor como lo que te vas a encontrar en las páginas siguientes.

Stephen King ha dicho de él (Jack Ketchum) que es el hombre que más miedo da en Estados Unidos (www.jackketchum.net).

Bajo el pseudónimo de Jack Ketchum se esconde Dallas William Mayr. Nació en New Jersey en 1.964. Actualmente vive en New York.
Pronto se aficionó al terror, convirtiendo a Frankenstein y Drácula en sus libros de cabecera. Comenzó escribiendo poesía, relatos cortos y obras teatrales en las que también actuaba y cantaba. Fue profesor, activista político, publicista, crítico de teatro y agente literario, entre otros, de Henry Miller. Su primera novela, Off Season, fue duramente criticada por el periódico neoyorkino "The Village Voice" y por algunos sectores que consideraron su contenido demasiado brutal y explícito.
En una ocasión dijo en una entrevista que su escritor de terror favorito era Herman Melville, refiriéndose a su libro "Moby Dick".
Ha recibido 4 premios Bram Stoker por The Box, Gone, Peaceble Kingdom y Closing Time y ha sido nominado a otros dos por Right to Life y The Lost.
Algunos de sus libros han sido llevados al cine, como The Lost, Red y The Girl Next Door.
Que yo sepa, traducidas al español tiene sólo dos novelas más: "Al otro lado del río" (Ediciones El Andén, 2008) y "Al acecho" (JP Libros, 2009).

..."Y nada ha ido bien en mi vida desde el verano de 1958, cuando Ruth y Donny y Willie y los demás conocimos a Meg Loughlin y a su hermana Susan (pág. 10)."

Pese a que Jack Ketchum es un autor del género del terror yo no calificaría este libro dentro de ese género, este libro es un auténtico drama.
Aquí no hay vampiros, ni zombis, ni espíritus ni caníbales. Aquí dan más miedo los vivos que los muertos. Da miedo la locura y más miedo aún la facilidad con la que ésta se propaga cuando los receptores son todos niños, a la vez víctimas y verdugos, todos guiados por una mujer que paga sus frustraciones con una niña de quince años, escudada y arropada por ese pequeño ejército, ese especial "comando". Ahí radica el verdadero horror de este libro.

No es un libro agradable de leer, yo he tenido palpitaciones desde la primera página. Aun así y pese a que sabes que va a pasar algo gordo -la crueldad propiamente dicha no empieza hasta bien entrado el libro- se puede leer porque está bien escrito. Demasiado bien escrito.
No creo que esta historia hubiera encontrado mejor pluma que la de Jack Ketchum. Es impresionante cómo narra y describe desde las situaciones más banales y costumbristas, introduciendo datos de la época, nombres de artistas, revistas..., hasta las más desagradables. Todo está retratado de forma sumamente realista y la narración en primera persona ha sido un tremendo acierto para conseguirlo. Utiliza un estilo directo, con muchísimos diálogos y frases cortas pero contundentes, auténticos balazos emocionales. Jack Ketchum va directo al grano, casi no puedes respirar mientras lees el libro, salvo algunas excepciones que se agradecen, aunque las palpitaciones siguen ahí porque sabes que lo siguiente puede ser aún peor.

Quiero dejar claro que no me va el morbo, ni la casquería fina, ni el gore, ni nada por el estilo. En este libro yo no he encontrado eso. Es terrible, claro que sí, pero es terrible porque cuenta una historia terrible. Sin embargo no se regodea en las escenas más duras, las narra pero no se divierte adornándolas hasta hacerlas macabras.
Después de leer este libro no puedo más que pensar que Jack Ketchum es un claro exponente de lo que supone ser un buen escritor. Pocos libros me he encontrado -y he leído unos cuantos- que buceen de esta forma y con la misma maestría tanto en lo físico como en lo psicológico.
Casi todos los libros suelen tener algún pero y éste no se escapa. Sin embargo los fallos que yo he encontrado salta a la vista que no se deben al autor. No sé si será por ahorrar costes pero algo ha fallado en el proceso de edición del libro, probablemente un buen corrector de ortografía, porque faltan muchos acentos y algunas consonantes (en una página del libro en lugar de cosa pone osa) pero como he dicho, se nota perfectamente que no son fallos debidos al autor.
Aun a sabiendas de que este tipo de historias no son del gusto de todo el mundo, no puedo dejar de recomendarlo.

Contiene Spoilers.
Buscando información en Internet sobre la película "La red social" di con "El rincón de Carlos del Río" (http://www.elrincondecarlosdelrio.com/) y así conocí a este autor y conocí este libro puesto que no soy seguidora de la literatura de terror y a lo más que he llegado ha sido a Poe, Lovecraft y algún que otro Stephen King cuando era más joven.
La crítica que sobre este libro hizo Carlos del Río (quien por cierto escribe muy bien, a pesar de que no estoy nada de acuerdo con la valoración que le da a "La red social") despertó mi curiosidad y me dije ¿por qué no? Así que me fui a la biblioteca y lo saqué. Por cierto, he buceado un poco por Internet y es prácticamente imposible comprarlo, figura siempre como descatalogado.
Cuando empecé a leerlo sentí que había cosas que me sonaban y eso que todavía no había llegado a la parte más dura (esa sí la hubiera recordado enseguida); eran más bien percepciones, sensaciones y descripciones, y fue entonces cuando caí en la cuenta: ¡Joder! (perdonadme el taco pero fue tal cual) ¡No me lo puedo creer! A punto estuve de devolver el libro.
Me estoy refiriendo a una película que vi hará un par de años, "An american crime", que está basada en la historia real más desgraciada y más triste que nadie en su sano juicio se pueda imaginar, la historia de Sylvia Likens. Y la Sylvia Likens de la película es la Meg de "La chica de al lado".
Prácticamente al final del libro (páginas 290 a 294) hay una Nota del Autor en la que cuenta cómo al conocer la historia de Sylvia se obsesionó con la misma y decidió escribir el libro. Ketchum se toma algunas licencias con respecto a la historia real: cambia los nombres, el lugar, el tiempo y el desenlace de algunos de los personajes más importantes.
La película que yo vi, "An american Crime", es más fiel a la historia real de Sylvia en ese sentido y no tiene nada que ver con la película "The Girl Next Door" que sí está basada en el libro de Ketchum. Y ésta sí que no la pienso ver porque, por lo que he leído, me temo que será bastante más explícita que la otra.
Ahora que sabéis de qué va realmente el libro muchos os echaréis para atrás y no lo querréis leer; aun así lo recomiendo y aseguro que no es más duro de leer que meterse en la página de Internet de Sylvia Likens.



Enlace: https://elsindromedetsundoku..
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Soraya47
 11 November 2020
Jack Ketchum es conocido por escribir historias de terror que te persiguen mucho después de que las hayas terminado. En esta ocasión la razón es muy diferente a la de sus otros libros. El horror está basado en la vida real de Sylvia Likens, de dieciséis años.

"La Chica de al Lado" es una historia sobre Meg, una niña y su hermana discapacitada Susan, que son enviadas a vivir con su tía Ruth. Se cuenta desde el punto de vista de un niño llamado David, que da testimonio de la crueldad y el abuso que Meg sufre a manos de su tía sádica. La habilidad narrativa que tiene el autor ascendiendo cada vez un poco más en los horrores es extraordinaria, tremendamente gráfica tanto que no lo vamos a leer directamente lo “veremos” a través de los ojos de nuestro narrador. Eso la hará difícil de digerir, ahora seremos nosotros los espectadores obteniendo un asiento en primera fila y no podremos hacer nada, nada más que seguir leyendo desgarrándonos por dentro. Leer este libro es como si alguien nos golpeara con un martillo en el centro de nuestro corazón.

Este horror de una figura materna que abusa de una niña de manera tan violenta es lo que él captura en su libro, que luego se convirtió en una película del mismo nombre. Si bien se han cambiado los nombres, expresa la desesperación y la degradación que experimenta la pobre víctima. Una de las sensaciones más horribles que se te queda en el estómago son esos vecinos que intuyendo lo que ocurría en esa casa, ignoraron el abuso, no queriendo involucrarse. Sí, Jack, ahí entendí que el monstruo pasivo también existe.

Jack me dijo en una ocasión que el monstruo que más le aterraba era el humano. El hecho de que esta historia se base en eventos de la vida real hace que se destaque como uno de los mejores de nuestro autor, porque las historias más horribles siempre tienen una parte de verdad. Era un barrio con árboles, jardines, casas agradables, demasiado pronto aprendemos que el mal puede habitar en lugares así.

Ketchum pinta un escenario perfecto de la América suburbana de finales de los años cincuenta y, al mismo tiempo, conduce al lector por un camino de depravación que nadie debería encontrar. David, los tres hijos de Ruth y otros adolescentes de la comunidad pasan el rato en la casa porque ella les proporciona alcohol, cigarrillos y les permite disfrutar de cualquier actividad que les resulte entretenida. Una vez que Meg y su hermana se mudan, esa actividad da un giro oscuro con Ruth orquestando la acción.

El trato inhumano al que es sometida es abominable y criminal. Mientras David observa a Ruth y su prole descender a una locura aún mayor al torturar a esta niña inocente, se enfrenta a la crisis de si debe defenderla o enfrentarse a la ira de Ruth.

Sin duda es un libro difícil de digerir, no es apto para todos los lectores, pero todos deberían leerlo entendiendo que la tortura, el sadismo puede encontrarse en la puerta de al lado. Si bien algunos podrían acusar a este libro de ser pornografía de tortura o sensacionalismo, eso le haría un flaco favor a Jack Ketchum. Basado en un evento terrible de la vida real, su propósito era horrorizar al lector con la esperanza de que fuera una advertencia, algo demasiado horrible para dejar que suceda de nuevo.

La historia nos avisa que cada uno de nosotros debe tener cuidado de no liberar la cruel depravación que existe dentro de todos nosotros. Como padres y adultos, debemos tener el doble cuidado de no dar este ejemplo a los niños que nos miran en busca de orientación, de lo contrario, como en La chica de al lado, también nosotros podemos vernos envueltos en un libro que afronta con valentía una verdad tan impactante que solo puede ser absorbida a través de la lente de la ficción.

Jack Ketchum cuyo verdadero nombre era Dallas William Mayr, no quería saber nada de zombis, vampiros, ni fantasmas. Fue un escritor que conocía mejor que ningún otro el lado oscuro humano, sabía demasiado de nosotros mismos, por eso escribía el terror más puro, más auténtico. Dejó un legado de libros increíbles, La Biblioteca de Carfax nos trajo de vuelta su obra cumbre con una traducción perfecta.

El prólogo lo firma Brian Keene.

Una obra y un autor que pasaron al estatus de leyenda, ni la muerte en todo su poder ha podido borrar su nombre de nuestra memoria. Las joyas literarias no se recomiendan, se exigen leerlas. Alguien comento que era uno de los más grandes autores de terror del mundo, no fue cualquiera, lo dijo Stephen King.

Aquí tenéis una de las mejores novelas de terror jamás escritas.
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ZaiDa84
 25 August 2023
Quiero empezar señalando la edición, que me ha parecido muy buena. Es un tamaño más pequeño de lo normal pero sin ser de bolsillo, muy cómodo para leer y con las páginas cosidas. He tardado en leer esta obra porque el precio me parecía caro, pero al menos es una buena edición y eso hace que al menos merezca la pena la inversión.

Comencé a leer el libro sabiendo que se basaba en una historia real, el asesinato de Sylvia Likens, lo cual hace que cada cosa que lees tenga mayor impacto. El libro es violento y sangriento, por lo que no es apto para todo el mundo. Sin embargo, creo que cuenta lo justo y necesario para hacernos conscientes de lo que pasó. A destacar, una nota final del autor donde nos cuenta qué sintió y porqué escribió La chica de al lado (reconozco que soy amante de ediciones y notas de autor, jajaja).
La historia es narrada por un testigo de todo lo sucedido, David, personaje que me he esforzado mucho en entender, que en el momento de los hechos contaba con 12 años. Creo que me he pasado todo el libro intentado entender a cada uno de los implicados, porqué hacían lo que hacían, y eso es lo que más me ha frustrado, que no he terminado de entenderlo, y me recordaba que era una historia real porque de otro modo, habría dicho “esto es demasiado fantasioso, demasiado irreal”. Pero no. No quiero contar mucho de la trama, así que solo diré que es una obra dura, violenta y desconcertante. Pero a veces hay que mirar a las cosas de frente. La ambientación en el EEUU de finales de los años 50 me gustó mucho, así como la crítica (y es algo para reflexionar) de cómo a los hijos de los consideraba hace no tantos años propiedad de los padres “es mi hijo y hago lo que quiero”.
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Shorby
 14 February 2018
Vengo con una reseña de un libro cuya historia no es apta para todo público ni estómago (e imagino que ya con este comentario unos cuantos descartan su lectura), sin embargo me ha fascinado de principio a fin.

Una historia realmente dura, cruel y muy bestia en determinadas ocasiones; pocas veces he parado de leer un libro para “darme un respiro” y con este me ha pasado un par de ellas… ojo, es una sensación que me encanta, pues cuando la historia me hace sentir determinadas cosas –ya sea rabia, alegría, tristeza o lo que sea- es muy muy de agradecer al autor.

Lo que más me ha impactado es que se trata de un hecho real.

Estamos en los años 50, en Estados Unidos, en una pequeña ciudad que pasa sin pena ni gloria, pues tampoco tiene realmente importancia. La típica población con casitas unifamiliares, con su jardín impoluto, sus barbacoas de vecinos y sus niños mamones; es uno de ellos, David, el que nos relata todo el suceso.

Meg y Susan son dos hermanas que han ido a parar a casa de los Chandler, ambas huérfanas y la más pequeña (Susan) lisiada por un accidente, las dos jóvenes están a cargo de su tía Ruth y conviven con ella y sus tres hijos (al loro con ellos). Los risueños e inocentes niños (ejem) quedan como todo hijo de vecino para jugar o pasar la tarde haciendo lo que sea, lo “típico” en adolescentes hormonados, vaya, ven revistas porno y hablan de tetas, fuman para creerse mayores, roban chocolatinas en la tienda del pueblo… y juegan al Juego.
El Juego consiste en dos equipos: uno lo forma el comando, formado por sólo una persona; el resto son los soldados. Si cogían al comando, éste era amordazado y atado y podían hacer con él lo que quisieran durante todo el día –el tiempo que duraba la captura-. El comando nunca gana.
Pero ahora ya no son tan críos, el Juego es diferente, más violento, con más mala leche, donde incluso puede llegarse a perder toda ética y moral. Así que por unanimidad (ejem, de nuevo) se decide meter a Meg en el Juego… y qué mejor escenario que un cubículo construido como refugio de guerra en el sótano de la familia Chandler.

En este caso viene al pelo esa frase de “la realidad supera a la ficción”, ya que lo más escalofriante es que son sucesos, como dije antes, ocurridos de verdad; sorprende realmente hasta dónde puede llegar la crueldad humana, que en este caso nos ofrece todo un espectáculo.

“No la va a creer. No va a hacer nada. Los polis hablan, pero nunca hacen nada por ayudarte.”

La narración mantiene al lector con el corazón en un puño casi desde las primeras páginas, es un libro realmente fácil de leer, por la forma en que está escrito y porque Ketchum tiene la habilidad de mantener tensión durante todo el relato, sin dejar respiro.

Hay dos películas basadas en este hecho, una de ellas (La chica de al lado (Jack Ketchum's girl next door), 2007) directamente en este libro; la otra (An american crime, 2007) en lo ocurrido directamente décadas atrás; he visto esta segunda y me encantó, cualquier peli que protagonice Ellen Page es digna de ver.

Sobre el suceso podemos encontrar información en Internet, leí un poquito para comparar libro y película y quedé anonadada, pues como ya dije unas líneas más arriba, una vez más la realidad se supera con creces.
Y es que la historia de Sylvia Likens, aunque cruda, merece no ser olvidada.
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Citas y frases (17) Ver más Añadir cita
Tardes_delecturaTardes_delectura16 April 2024
Lo furiosa que estaba Meg consigo misma. Por haber fallado. Por no haber podido liberarse, por fallarse a sí misma y a su hermana. Puede que incluso por ser el tipo de persona a la que le pasan este tipo de cosas. Por permitir que pasara y pensar que, de alguna forma, podría superarlo.
Era injusto y equivocado que se sintiera así, pero creo que lo entendía
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margazquezmargazquez21 December 2020
¿Crees saber lo que es el dolor?
¡Habla con mi segunda mujer. Ella lo sabe. O cree saberlo!
Cuenta que, una vez, cuando tenía diecinueve o veinte años, se interpuso entre una pareja de gatos que se peleaban (su gato y el de un vecino) y que uno de ellos fue hacia ella, trepó por su cuerpo como si fuera un árbol, y le dejó heridas en las caderas, los pechos y la tripa que todavía pueden verse hoy en día. La asustó tanto que cayó sobre el Hoosier de principios de siglo de su madre, y al hacerlo rompió su mejor figura de porcelana y se dejó un arañazo de quince centímetros en las costillas, mientras el gato, una masa de dientes y garras y furia ciega, descendía por ella. Creo que me dijo que le dieron treinta y seis puntos. Y tuvo fiebre durante varios días.
¡Mi segunda mujer dice que eso es dolor!
Esa tía no sabe una mierda.
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ZaiDa84ZaiDa8423 August 2023
[…] comencé a aprender que la ira, el odio, el miedo y la soledad son un botón que espera el tacto de un solo dedo para desbocarse hacia la destrucción. Y aprendí que esos sentimientos pueden tener el sabor de la victoria.
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ElrincondeDesiElrincondeDesi21 May 2021
En el sótano, con Ruth, comencé a aprender que la furia, el odio, el miedo y la soledad no son sino un único botón que espera el toque de un único dedo para surgir radiantes en busca de destrucción.
Y lo aprendí porque tenían el sabor de la victoria.
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ZaiDa84ZaiDa8423 August 2023
Ser «solo un crío» tomó un significado mucho más profundo, era como una amenaza ominosa que quizá habíamos sabido que estaba allí todo el tiempo, pero en la que nunca nos habíamos parado a pensar.
Mierda, podían tirarnos al río si querían, solo éramos unos críos.
Éramos una propiedad, les pertenecíamos a nuestros padres, en cuerpo y alma. Significaba que estábamos condenados ante cualquier peligro real proveniente del mundo de los adultos y eso implicaba desesperanza, humillación y rabia.
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