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Crítica de Leercomoformadevida


Leercomoformadevida
09 March 2021
Libro del Premio Nobel de Literatura en 2002, que desde un punto extremadamente filosófico nos presenta los apuntes que fue tomando en su vida durante el periodo de 1991 al 2001. El espectador hace justicia al papel del autor en el libro, que se dedica a observar y a reflexionar sobre todo lo que ocurre a su alrededor.

Es un libro muy denso, donde tienes que leer con mucha calma cada frase. La primera parte me costó mucho entender que quería decirnos, pero a medida que avanza el libro te introduces de lleno en sus pensamientos y en sus razonamientos, en sus sentimientos hacia la muerte de su primera esposa y hacia todas las reflexiones que lanza al vuelo, especialmente crítico con su país natal.

Es un libro para disfrutar de sus citas, de sus frases y por eso os dejo alguna de las citas que más me han llamado la atención por aquí abajo agrupadas.

En conclusión, libro muy recomendado para los amantes de la filosofía. Cada frase vale mucho.


CITAS DESTACADAS

Si quisiera definir desde fuera “por qué escribo” (definición, por cierto, que no tiene mucho sentido), diría lo siguiente: para salvar y rescatar nuestras almas de la fatalidad espiritual que crean la política, la economía y la ideología que las sostiene, para encontrar ni que sea por un momento el camino a casa desde la inhumanidad, desde el extranjero, desde el destierro; a casa: es decir, a nuestra propia vida y a nuestra propia muerte.

Hay que ser justo porque la vida es injusta. Todo lo que es moral, lo que es ético supone una rebelión contra la ley de la vida. “Analizad toco cuanto es natural… y sólo encontraréis cosas horrendas”, escribió Baudelaire.

Sólo vale el arte que provoca heridas; si además, es capaz de parar inmediatamente esas heridas, de intensificar el dolor y de trocarlo con dulce sopor en algo aún más doloroso, aún más inolvidable, entonces estaremos hablando de gran arte.

El hombre cree que su vida “tiene sentido” porque es el único ser capaz de concebir el sinsentido de la vida.

Los escritores malos me provocan pánico. El mal escritor despierta mis deseos y me atrae hacia un caos gris donde con un gesto triunfal señala a su alrededor; yo veo su alegría, pero siento tristeza, porque no reconozco nada y no comprendo su sensación de triunfo.

Solo existe verdadera solidaridad entre los pobres. Verdadera, esto es, vital, palpable, real sin la menor duda. Por eso es verdadero el pobre. Es verdadera su lucha, verdadera su meta, verdadero su fracaso.

La causa de la moderna agresividad es la moderna inseguridad de la existencia. Y a raíz de la moderna agresividad la existencia se vuelve cada vez más insegura… Etcétera…

La brutalidad es el principio de la naturaleza frente a los seres vivos. El hombre y el perro esta mañana. El perro, un chucho enorme, mezcla de San Bernardo, estaba atado a una estaca de hormigón delante del café de la plaza Moszkyva. Una mujer le hablaba con tono cariñoso. En eso apareció el dueño del perro, un tipo fuerte y hediondo, un topo que semejaba una auténtica bestia, lo soltó con rudeza, lo tironeó de la correa, no lo dejó orinar, y el perro toleró la tortura con leal entrega (o con vil cobardía) al tiempo que volvía de vez en cuando la cabeza y ladraba hostilmente a la mujer que tal amablemente lo había tratado.

¿Por qué creen que el autor sabe más sobre sus personajes que el lector o el actor? Ellos lo único que haces es leer o recitar un texto, mientras que el autor lo único que hace es escribirlo: he ahí toda la diferencia.

Cuando estás enfermo, es preferible que busques la compañía de otros enfermos, porque cada rostro sano no hace más que comunicarte tu sentencia de muerte.

Sólo se pueden escribir cosas buenas en un estado del más profundo desánimo, cuando uno se siente absolutamente libre, puesto que ya habla, por así decirlo, desde más allá de la tumba y no está atado por las leyes humanas.

Quien es veraz está perdido. Quien está perdido es veraz. Quien pierde gana. Piérdete triunfante y miserable, No existe otro camino.

El antisemitismo húngaro, en resumen: los húngaros todavía no han perdonado a los judíos el haberlos exterminado.

Quienes opinan sobre la pena de muerte no tienen en cuanta que viven en una sociedad asesina cuyo principio fundamental es el consumo y la destrucción; no se trata de preguntarse si es preciso introducir o suprimir la pena de muerte, sino hasta qué punto nos solidarizamos con nuestra sociedad asesina, hasta qué punto colaboramos con ella o hasta qué punto la rechazamos.

Cómo me faltan las tardes en el hospital, de donde me marchaba con lágrimas en los ojos… Su mano lánguida que alcanzaba para saludar… Ayer todavía me acariciaba la cabeza, me abrazaba, me besaba… Su cuerpo enloqueció, se desprendió de ella y se llevó de mí… Lo siento todo mucho, mucho, y lo sentiré eternamente…

Quien no ha sido feliz no sabe morir
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