Me gusta cómo me miras, como si me estuvieras saboreando. Me gusta cómo te preocupas de si tengo frío o de si he comido lo suficiente. Pero, sobre todo, me encanta cuando me abrazas fuerte por las noches. Y también cuando me tocas como si me fuera a romper y te diera miedo. Creo que no sabía lo que era el amor verdadero hasta que apareciste en mi vida.
|