Una promesa audaz y mortal

La verdad es que el libro me ha decepcionado bastante, había leído alguna reseña negativa pero la verdad es que me esperaba otro cierre de trilogía. Si soy sincera es el libro que menos me ha gustado de los tres. La mayoría de las páginas del libro siento que son de relleno, ya que apenas ocurre gran cosa y cuando por fin empieza a haber algo de acción no le encuentro mucho sentido a lo qué ocurre o los personajes se comportan de una manera que no puedo entender. Para empezar la pareja de Rhen y Harper está pasando por un momento de tensión pero que se resuelve fácilmente, mientras, Grey y Lia Mara, quien no me termina de convencer, siguen felices pero enfrentando las sospechas, dudas y miedo del pueblo de Shyl Shallow contra la magia. Tenemos ambos reinos, Emberfall y Shyl Shallow preparándose para la guerra que se avecina. Aquí tengo que decir que no me gustó del todo la manera en la que se comporta Grey, entiendo que quisiera enfrentarse a Rhen, debido a su pasado y a la lealtad hacia su amada pero aún así él no había recibido ninguna formación que le ayudase a convertirse en el nuevo rey, a pesar de ser el primogénito real de Emberfall. Tampoco me gustó la actitud derrotista de Rhen, entiendo que había sufrido demasiado a causa de Lilith pero aún así me hubiese gustado ver algo más de determinación por su parte. A pesar de eso tengo que decir que los personajes me siguen gustando, se ve evolución en ellos y además todos tienen su papel en la trama. Lo que menos me gustó de todo el libro es la manera en la que la autora manejó la trama, por momentos se me hizo algo lento de leer ya que apenas ocurrían grandes cosas y la acción no transcurre hasta la parte final del mismo y cuando sucede, a mi modo de ver ocurre demasiado fácil, sin grandes dificultades, cosa que me parece algo difícil de creer, sobre todo si tenemos en cuenta que Lilith llevaba manejando y gobernando Emberfall desde las sombras desde hace tiempo. No sé, me pareció de lo más inverosímil la manera en la que un bando se hizo con la victoria y como se resuelve todo finalmente, la verdad es que no me convenció nada. En definitiva un último libro del que esperaba mucho más

Después de que Grey revelase que él era el heredero legítimo del reino, Emberfall se encuentra dividido entre los que quieren que Rhen siga gobernando y los que quieren que Grey sea el nuevo gobernante. Después de esta revelación, Grey ha concedido a Emberfall dos meses antes de declarles la guerra. Rhen preocupado por la situación de su reino se aleja de todos para intentar encontrar una solución antes de que Shyl Shallow les ataque. Mientras tanto Grey trabaja con Lia Mara para intentar llevar un gobierno más pacífico y no basado en el terror a los ciudadanos de Shyll Shallow a la vez que planean cuales son los pasos a seguir en su conquista de Emberfall.

Si soy sincera esta tercera parte me ha decepcionado bastante ya que siento que ha sido básicamente un libro de relleno. El mayor problema que he tenido es que el protagonismo de la historia recae otra vez casi completamente en Grey un personaje que me había gustado en el primer libro pero que me ha ido dejando de gustar sobre todo sus comportamientos con el avance de la historia. Si soy sincera no me ha gustado nada su comportamiento en este libro, no he entendido esas ganas que tenía por gobernar Emberfall, vale que él era el heredero a la corona pero él no había sido criado para gobernar, Rhen estaba mucho mejor preparado y se merecía llevar todo el peso del reino aunque sólo fuera por todo lo que había sufrido durante los años de la maldición. Otro de los motivos por los que no me ha convencido la historia es que no aguanto a Lia Mara, es que me cae fatal su personaje. También me hubiese gustado que los personajes de Harper y Rhen tuviesen más protagonismo no obstante la trama referente a ellos estuvo bien. Con respecto a los otros personajes decir que aunque están bien me hubiese gustado que hubiesen tenido más peso en la historia ya que apenas tienen pequeñas interacciones o protagonismo en la trama. La relación romántica de las dos parejas principales creo q en general está bien llevada aunque no soy fan de la pareja Rhen-Lia Mara. En definitiva una tercera parte que os gustará si habéis leído la trilogía.

Continuamos la historia en donde la deja el segundo libro. Las hostilidades entre Rhen y Grey están en alza, pero la aparición de la bruja deja a Rhen en desventaja.
Por su lado, Grey está en territorio hostil, no es su país aunque esté sentimentalmente con la reina, los guerreros no lo respetan y temen a la magia, los habitantes del reino temen la magia también y comienza a haber sublevaciones, los atentados en el palacio aumentan y el carácter pausado de Lia Mara no ayuda a que sus súbditos la aprecien.
Pero cada vez está más cerca el momento en el que los dos reinos deben enfrentarse y las tropas han empezado a moverse. Pero pronto pasa algo que en vez de enfrentarlos los vuelve uno.

La novela nos muestra la historia desde los distintos puntos de vista de los protagonistas. Pero la podríamos dividir en tres partes, la de Rhen, la de Grey y la conjunta. Bien, la primera parte engancha muchísimo, tanto que cuando llegas al cambio de narradores del otro reino querrías saltártelo para continuar con los personajes de Emberfall (yo lo hice). Porque esa parte es rápida, entretenida, llena de momentos inesperados en gran parte porque sus propios personajes son así, impulsivos y arrojados.
Sin embargo, la parte de Lia Mara y Grey es mucho más tranquila y pausada, aunque pasan cosas emocionantes ellos son también más fríos por lo que no tiene el mismo tirón que la parte anterior, es una diferencia que había entre el primer y segundo libro que todavía se mantiene en este. Pero cuando se juntan las dos tramas, ya no puedes dejar de leer porque todos están conectados y viven la misma situación por lo que el interés por la historia ya no radica en quien la cuente si no en lo que pase.
El final es bueno, pero no me pareció un final propiamente dicho, el conflicto que comienza la saga se resuelve, pero al mismo tiempo se crean otros conflictos que podrían tratarse en otro libro.
En general, el libro me ha gustado y la saga también, es cierto que el segundo libro baja mucho el ritmo y también el interés, pero es que esos personajes tienen una forma de ser opuesta a los otros.

El más flojito de los tres.
Me duele en el alma que sea así, porque le tengo muchísimo cariño a los personajes, pero es que hay que ser sinceros: esta tercera parte ha sido de bastante relleno.

Durante la primera mitad de la historia, no pasa nada interesante. Un cúmulo de capítulos en los que se narra la situación de los protagonistas (que no varía demasiado respecto al segundo libro) y una sensación de encontrarnos en un agujero de gusano del que no podemos salir. La historia da vueltas y más vueltas para rellenar contenido, pero suceder, lo que se dice suceder, no sucede nada.

Gracias a Dios, la segunda mitad remonta y ocurren cosas más interesantes. ¿Inesperadas? No demasiado, la verdad. Pero por lo menos la narración vuelve a recordar a los dos primeros libros y consigue engancharte.

En cuanto a los personajes, como ya he dicho, son la esencia de la historia. Todos y cada uno de ellos me parecen esenciales para darle forma a la historia y sigo en el team odio eterno a Rhen #sorrynotsorry. Lo que sí me ha ocurrido en este libro es que, en general, todos los personajes se han puesto de acuerdo para resultar pelín insoportables y hacer actuaciones propias de niños de tres años y medio. ¿Todos, eh? No uno, ni dos. Toditos, todos. Me han desquiciado un pelín, pero de todos modos, siguen siendo el motivo por el que recuerde esta trilogía con cariño.

En definitiva, creo que la trilogía merece una oportunidad y está bien. Sin lugar a dudas el segundo libro es el mejor. Este tercero podría no haber existido y todos tan contentos.

2,75/5

En esta última parte será narrada desde los cuatro protagonistas, cada uno de ellos nos transmite sus pensamientos y sentimientos.

Lia Mara tendrá que acarrear con todo lo que pasó en el anterior libro, para algo que no estaba preparada porque no estaba destinada a ello.

Grey se siente perdido, no se siente como si estuviera en su hogar, todo el mundo le mira mal por algo que hay dentro de él. Pero lo peor y lo que más le agota es que no puede tener la confianza de los soldados y si no están unidos no podrán tener ninguna oportunidad.

Harper desconfía de Rhen, bueno más está dolida con las cosas que hizo en el libro anterior y no sabe cómo volver hablar con él.

Rhen está atrapado en algo y no quiere contárselo a Harper porque sabe que tomaría cartas en el asunto y él solo quiere protegerla. Además, la guerra inminente le tiene muy ocupado, sobre todo porque sabe que tiene muy pocas posibilidades y aunque quiera rendirse antes alguien no le deja.

Dos meses era el plazo que el legítimo heredero dio a Rhen para que hablarán o irán a la guerra. Un reino dividido entre los que son fieles a Rhen y los nuevos seguidores del legítimo heredero del trono.

Nuestras parejas seguirán su curso, con sus miedos, dudas, crisis de parejas, pero sobre todo que a veces les cuesta hablar entre ellos.

La resolución del conflicto y de la trilogía ha sido acorde hasta lo que ahora se han visto en las anteriores, no va a ser algo épico. Aunque me habría gustado un poco más de acción en ese final.

Mi problema con esta última parte es que la primera parte de la novela la he sentido muy repetitiva en cuanto a pensamientos y lenta; la segunda parte de la novela tuve la sensación de que era muy rápida.