El chico que dibujaba constelaciones

En cuanto al género de la obra la podríamos catalogar dentro del género de ficción y romántico. Es una historia preciosa, que podría haber vivido cualquier familia, cualquier pareja... Es de esas historias que aunque sabes que son ficción, te la crees de principio a fin, la vives como si fuera tu propia historia y la haces tuya. Y por la parte del romance, tengo que decir que es de esos romances bonitos, reales que te crees y que quieres para ti.

Creo que es una historia super bien construida, con una trama de las que no se olvidan y con una idea maravillosa. La autora ha querido mostrarnos la que podría haber sido la historia de nuestros abuelos o de nuestros padres. Ha querido que viéramos como era la sociedad hace unas cuantas décadas, que comprendiéramos el por qué del pensamiento de las personas mayores y por todo lo que tuvieron que pasar.

Es de ese tipo de historias que acabas amando y recomendando a todos porque en ella encuentras algo que te representa o te recuerda a algún familiar y es por esto que quieres que otra persona la disfrute. Sabes que esa persona también encontrará algo personal en ella y disfrutará la historia igual que tú.



El estilo de la autora no defrauda, como siempre rozando el pico de la perfección. Su forma de narrar es tan real y sencilla que te crees todo lo que te está mostrando. Su lenguaje es sencillo y cercano, por lo que sientes que es una persona conocida la que te está contando la historia. Creo que la narración no se hace para nada pesada, es una historia dulce y ligera que se puede leer en tan solo unas horas. Tampoco creo que tengo ningún tipo de relleno, todo lo que se cuenta es importante para conocer a los protagonistas.

Además uno de los puntos importantes de este libro es la narración, la cual está dividida por décadas algo que me ha encantado. Cada década tiene unas sesenta páginas, donde podemos observar el cambio progresivo de la sociedad y el de los propios protagonistas. Esto hace que te enganches aún mas a la historia y no quieras soltarla.



En cuanto a la trama, me ha parecido una idea muy interesante hablar de todos los cambios que va viviendo la sociedad desde los años sesenta hasta el presente. Creo que es una idea muy bonita mostrar la vida de dos personas y como vivieron estos años tan importantes hasta llegar a la España actual.

He llegado a emocionarme al leer algunas escenas donde se muestran costumbres antiguas que mi propio padre me ha relatado muchas veces. La autora ha sabido teletransportarnos a la perfección a esa época y enseñarnos todos los cambios de mentalidad que van viviendo los protagonistas.

De corazón digo que es una idea maravillosa, que te toca el corazón y no te suelta. Es de ese tipo de historias que sabes que con los años seguirás recordándola porque a pesar de su longitud, es todo tan intenso y real que no puedes evitar amarla.

Lo que sí quiero comentar es que el final me ha dejado destrozada, porque a pesar de conocer lo que iba a pasar, sus palabras y la forma de contarlo me han dejado llorando durante minutos y minutos. Con el final llegas a entender toda la trama y el por qué de su narración, aunque puedes hacerte una idea, cuando lo lees ya te hace llorar sin parar. Un final de diez, triste, bonito, realista y emotivo.



En cuanto a los personajes, tengo que decir que Valentina y Gabriel se van a quedar conmigo para siempre. Son dos personajes preciosos, super bien construidos y con una personalidad fuerte y decidida.

En el personaje femenino, Valentina, vemos el cambio de mentalidad que vivieron las mujeres de su época, el empoderamiento y las ganas de luchar por sus derechos y sueños. Es una mujer fuerte, decidida, amorosa y leal, una protagonista de diez. He amado su vida como si fuera la mía propia y tengo que decir que la evolución de este personaje me ha encantado.

En el personaje masculino, Gabriel, vemos un hombre decidido que vive adelantado a su tiempo y que sabe que el mundo necesita un cambio. Es un hombre fuerte, leal, valiente e idealista. A mi parecer este protagonista no tiene una gan evolución a lo largo de la historia, porque en si la trama trata más la evolución de Valentina. Pero lo que sí puedo decir es que he amado muchas de sus reflexiones, su forma de pensar y su forma de ver el mundo.



En conclusión, es una historia que he amado de principio a fin, con la que he reído y llorado a mas no poder. Una historia que recomiendo para cualquier persona y que creo que no dejará indiferente a nadie. Sin duda, uno de los mejores libros de Alice Kellen por su profundidad y por su mensaje.