Voy a mencionar primero las cosas que me gustaron de esta historia: la prosa, las descripciones de ese lugar como un eterno invierno, vocabulario y costumbres japonesas entre los habitantes del lugar y las geishas, y de que su atmósfera me transmitió algo de calma. Lo que no me termino de gustar o por lo menos cerrar, fueron los personajes y el supuesto romance. Shimamura es un témpano en comparación con Komako, semejante a una tormenta y a la vez cálida como el sol en primavera, y Yoko me dio un poco de pena, pero tampoco es que sentí mucho más. Realmente no pude conectar mucho con ninguno. También cometí el error de leer primero la introducción antes que la historia, no se los recomiendo porque cuenta casi toda la trama. Tendría que intentar con otra obra para ver si me termina de convencer completamente. |