Confianza ciega

Todos tenemos autores de cabecera. de esos a los que seguimos desde siempre y que nunca nos han decepcionado. Para mí, Katzenbach es uno de esos. Lo descubrí en un hipermercado Eroski cuando acababa de publicar “El psicoanalista”, su libro más reconocido. Recuerdo que lo cogí y que me quedé colgada de la sinopsis. Pero era caro y yo aún era una opositora así que no lo compré pero, eso sí, me quedé con el título y en cuanto salió en bolsillo me lo compré. Me encantó y desde entonces he leído la mayor parte de los libros que se han publicado en España.

Maeve ha desaparecido. Su hija Sloane recibe la noticia y no se sorprende del todo: su madre y ella nunca han tenido una relación fluida a pesar de haber sido siempre ellas dos solas. Denuncia el hecho a la policía y ésta se inclina más bien por un suicidio, cosa que a Sloane tampoco le extraña demasiado. Pero a los pocos días Sloane recibe un paquete en el que hay una cantidad importante de dinero, una pistola y un mensaje: “huye”.

Sloane está a punto de graduarse como arquitecta y un misterioso personaje le encarga un más aún misterioso trabajo: hacer las estatuas memoriales de seis personas. Sloane lo acepta, por supuesto, son trabajos que si se hacen bien son muy reconocidos. Pero para hacerlo bien tiene que saber quiénes fueron esas seis personas y qué les unía al empleador. El problema es que al investigar sobre ellos, se da cuenta de que todos murieron de forma violenta o en extrañas circunstancias. Y, no sólo eso: al averiguar cosas de sus vidas se da cuenta de que, quizás, no sean los más adecuados para un memorial.

“Confianza ciega” es un thriller en toda regla. Si algo sabe hacer Katzenbach es escribir historias “atrapantes”, de esas que se leen sin casi respirar. No son novelas que se queden durante mucho tiempo en la memoria (salvo “El psicoanalista”, ésa no la he olvidado) sino novelas hechas para lo que son: un continuo y rápido pasar de hojas. Así son todas y así es “Confianza ciega”.

La novela comienza con dos prólogos bastante intrigantes. Dos prólogos que no entenderemos en su justa medida hasta el final. A partir de ahí, comienza la verdadera historia con Sloane: en el preciso momento en el que se entera de la desaparición de su madre. A partir de ahí seguiremos la pista a Sloane: sabremos quién es y cómo fue la vida con su madre (con la que no se lleva nada bien) y estaremos a su lado en la investigación de la desaparición; por otro lado, nos enteraremos del encargo laboral que le han hecho e iremos investigando con ella la vida de los fallecidos a los que el empleador quiere honrar. Ambos asuntos se van complicando cada vez más en una madeja difícil de desenredar.

Es un narrador omnisciente quien nos va contando la historia, siempre desde la perspectiva de Sloane. En el libro hay bastante diálogo, quizás más que narración y ello, unido a la prosa ágil, directa y sin artificios que usa Katzenbach, hace que sea un libro de fácil y rápida lectura. Las hojas van pasando sin darnos cuenta y el ritmo se va acelerando según avanzamos en la narración hasta que al final ya no podemos parar de leer.

Los personajes están construidos lo justo. No es Katzenbach un autor de grandes profundidades psicológicas salvo, quizás, a la hora de construir a sus protagonistas. Y eso es lo que pasa aquí: Sloane es un personaje al que llegaremos a conocer bastante bien pues todo está contado desde su punto de vista (casi parece una narración en primera persona) pero de los demás sabremos lo que exige la historia y nada más.

Conclusión final

“Confianza ciega”, como todos los libros de Katzenbach es un libro hecho para disfrutar. Si os gustan los thrillers que no dan un respiro, leed cualquiera de este autor: es apuesta segura.
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