Confianza ciega

Confiaba ciegamente en este libro, y no se puede negar que John Katzenbach sabe lo que hace. Es un maestro a la hora de dosificar información, para que siempre sepas lo justo y siempre tengas ganas de averiguar más.
A lo largo de la historia te encuentras con varios giros, unos más previsibles que otros, que ayudan a que la tensión se mantenga hasta el final, y es que puedes ir imaginándote muchos desenlaces durante el trascurso de la narración, pero nunca tienes del todo claro como acabará todo.

Y después de la arena, ahora viene la cal:

Los personajes son grises, tristes, simples, paranoicos y no hay ninguno al que se le coja el más mínimo cariño. Se plantean situaciones bastante desagradables. Esto es muy personal, pero hay momentos en que lo he pasado bastante mal (tal vez se tratara de eso) y probablemente me ha cogido a contrapié la personalidad de la protagonista.
Hay muchas partes que se me han hecho bastante repetitivas, sobre todo, la espiral de pensamientos negativos de Sloane, y por tanto me ha costado engancharme. Por momentos se me ha hecho largo y en algunos tramos incluso aburrido, pero todo sea dicho, nunca he perdido esas ganas de saber qué pasa al final.

El final es correcto. Creo que no hay nada que se haya quedado sin explicación.

Es un libro plagado de mentiras, pero también hay alguna que otra verdad entre sus páginas:

"El tiempo siempre escasea. El tiempo es siempre limitado. El tiempo nos acecha. al final, el tiempo nos asesina. Es siempre mortífero"

Así que, entre otras cosas, voy a seguir leyendo buenos libros antes de que el tiempo se fije en mí. Si queréis hacer lo mismo y os gustan las intrigas que se mantienen hasta el final, podéis tener confianza ciega en este libro. Es una buena opción.