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Hoy os traigo la reseña de Confiar, es la segunda entrega de la serie Again y se puede leer independientemente del anterior libro. Dawn Lily Edwards tiene veinte años y estudia literatura en la Universidad Woodshill. Publica historias en línea y su sueño es convertirse en escritora. Pero ahora, a kilómetros de casa, solo hay una cosa que quiere más que ninguna otra: olvidar. Olvidar que su primer amor la ha traicionado al romperle el corazón. Desde entonces, Dawn se ha jurado a sí misma no permitirse involucrarse con nadie, hasta el punto de relegar sus anhelos a un rincón para no darle a alguien el poder de destruirla. Pero, tan pronto como llega a la ciudad, conoce a Spencer Cosgrove. Es encantador, divertido e inmediatamente comienza a coquetear con ella. Dawn se resiste con todas sus fuerzas por miedo a volver a lastimarse, pero no puede negar la evidencia: Spencer tocó algo dentro de ella que pensó que había perdido para siempre. Él también, a pesar de su contagioso deseo de vivir y su manera alegre, despreocupada e impertinente, esconde un terrible secreto en su pasado. Una sensación de culpa que todavía lo acompaña hoy. Dawn y Spencer tendrán que aprender a confiar el uno en el otro, día a día, y comenzar de nuevo, vivir y amar. Spencer Cosgrove, se presenta como el niño perfecto, un ex playboy con ojos azules, camisas magníficas que se ajustan a él como un guante, sexy y divertido. Detrás de esa cara bonita y esa mirada intensa y sonriente, Spencer esconde una parte de sí mismo. Quizás Spencer Cosgrove es uno de los personajes que más me llamó la atención por su personalidad, a pesar de parecer feliz y despreocupado, tiene algo que lo molesta y lo priva de su vitalidad, pero a pesar de esto, es capaz de enfrentar situación por situación y vivir momento a momento con las emociones correctas. En realidad, tengo mucha envidia de esta capacidad de distanciarse de sus problemas para disfrutar plenamente de un viaje con amigos o de la simple compañía de la chica que le interesa. Las escenas entre Dawn y Spencer siempre están llenas de electricidad e, incluso si nuestra protagonista intenta en todos los sentidos evitarlo, mantenerse alejado de él y, sobre todo, negar la evidencia de algo que ya ha estado claro durante algún tiempo para ambos. Dawn se encuentra en un precario equilibrio; le gustaría dejarse llevar y abandonarse a esta fuerte atracción, pero el miedo siempre vuelve a visitarla, devolviéndola al pasado y haciéndola revivir un dolor profundo. Se niega de alguna manera a profundizar su relación con Spencer pero, de alguna manera, simplemente no puede mantenerse alejada de él porque antes que nada, más allá de la atracción, hay una amistad profunda que los une y que, para ambos, es vital. Lo suyo es un vínculo que es un intercambio recíproco de dar y recibir, un interminable tira y afloja que te mantendrá en suspense hasta el final. Me encantó seguir el desarrollo de la relación entre Spencer y Dawn, su crecimiento es gradual de amigos a amantes y mucho más. Este proceso se describe muy bien, hay altibajos en el camino y la autora logra transmitir muy claramente todos los matices de los sentimientos que los protagonistas experimentan tal como son. Los dramas relacionales que la autora pone magistralmente en el camino de nuestros personajes son vívidos en nuestra mente y podrían ser fácilmente reales. No hay nada por casualidad, cada personaje y cada situación tiene su propia razón, incluso el pasatiempo que Kasten elige para Dawn se convierte en una parte integral de la historia. La historia personal de ambos protagonistas me ha roto el corazón, dejando de lado los prejuicios iniciales que tenía. Lo que Dawn y Spencer llevan consigo y que a menudo los lleva por mal camino es muy profundo, te involucra completamente durante la lectura y crea una empatía espontánea hacia ellos. Si al principio todo parece obvio, después de unos pocos capítulos entendemos que hay mucho, pero mucho más para leer. No es una historia de una simple atracción entre dos protagonistas, pero es una historia de renacimiento, un renacimiento que involucra a ambos personajes por igual. Dawn y Spencer son dos jóvenes que ya han probado el dolor en sus vidas, pero que se han levantado y están tratando de pasar página, cada uno a su manera. El entrelazamiento de esta historia trae consigo muchos puntos de reflexión sobre temas de diversos tipos: lo que siempre se destaca es la diversidad de los personajes y la aceptación que subyace en la amistad. Nadie está solo. Este es el mensaje más importante que Kasten transmite. En cuanto a la trama, aunque varios eventos se superponen con varios personajes, la historia principal de Dawn y Spencer transcurre sin problemas, con la dosis correcta de sensualidad y el enfoque gradual correcto de dos amigos, y su salida de la zona de amigos. En definitiva, una novela ágil, divertida e intensa que recomiendo. Un new adult agradable, con personajes interesantes y atractivos que te secuestrarán y arrastrarán durante unas horas a sus vidas y emociones. |
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