Después de todo lo vivido, las dudas atormentan a Erik y a Inés. Caer en una relación sin futuro podría destrozarlos a los dos, pero sus límites comienzan a difuminarse, y todo aquello en lo que creen, lo que sienten y anhelan, se derrumba y se rompe en mil pedazos.
Santiago de Chile muestra su doble faz, desde el lujo más obsceno hasta la pobreza más amarga.
Erik ya no sabe cuál es su hogar, y su vocación se tambalea.