En esta narración autobiográfica Mary Karr nos transporta a su niñez, marcada por la presencia de una madre con secretos y problemas con la bebida, un padre la mayor parte del tiempo ausente, y una hermana con la que le une una estrecha relación de amor-odio infantil tan típica de la infancia. Aunque toda su historia bastaría para definirla como dramática, Mary Karr se encarga de salpicarla de anécdotas con algo de humor y darle cierto tono cómico, ese mismo tono que sin duda le ayudó a ser una superviviente. Creo que es mejor no contar demasiado del libro porque, de verdad, hay que leerlo.
|