Los árboles, nuestros amigos, nuestros hermanos, nuestra inspiración.En contacto con ellos aprenderemos a respirar, a crecer, a existir. En definitiva, a vivir.
«En 2003, bajo una presión creciente, y porque me sentía cada vez menos adaptado a la atmósfera confinada de esas salas donde todo es artificio, perdí mi voz y mi alegría de vivir. Lo que parecía una catástrofe–el final de mi carrera al más alto nivel–acabó permitiendo que me encontrara conmigo mismo ... >Voir plus