La edad del vicio

En La Edad del Vicio, Deepti Kapoor nos acerca a una realidad que conoce bien: aunque tuvo una infancia errante y vivió en diferentes lugares de la India debido al trabajo de su padre, funcionario del banco estatal, nació y pasó los veranos de su infancia y juventud en Uttar Pradesh, una ciudad aquejada por la corrupción y gobernada por bandas mafiosas; más adelante, cuando se estableció en Nueva Delhi, corrían los años 90 y la ciudad se encontraba en pleno apogeo.
El crecimiento económico había dado lugar a una escena artística y cultural rica y variada, sin embargo, el capitalismo salvaje también hizo su aparición, provocando que la riqueza y las oportunidades de unos pocos solo fueran posibles a partir del sufrimiento y la explotación de la mayoría de la población. Si bien esto no era algo que preocupase a los jóvenes pertenecientes a las clases altas o nuevos ricos, ansiosos de diversión, placer y libertad.
La propia Kapoor, periodista en esos años y encargada de cubrir las fiestas y el estilo de vida de la élite, confiesa que se dejó arrastrar por ese ambiente bohemio y frívolo. Pero también fue ahí donde conoció a otro grupo de personas, los que se encontraban cerca del poder, pero solo se dedicaban a observar y servir: los integrantes del servicio doméstico, los mayordomos y los criados. Fue una de estas personas la que inspiró el personaje de
Ajay, uno de los tres protagonistas de la novela junto a Sunny Wadia y Neda Kapur.
Ajay es un valmiki: un limpiador de letrinas por nacimiento, una de las castas más bajas de la India; sin embargo, el destino de Ajay cambia cuando su padre
es asesinado dejando una deuda que la familia solo puede saldar vendiéndolo como esclavo. Con tan solo ocho años es llevado a las montañas y comprado por una familia chatria para que trabaje en su granja. Una vez liberado, sin dinero ni hogar, atenderá a los extranjeros y nativos acaudalados que pasan sus vacaciones en la zona. Así será como conocerá a Sunny Wadia y, fascinado
por sus modales y riqueza, decidirá dejarlo todo atrás para ponerse a su servicio en Delhi.
Y de fondo, como un personaje más en esta historia, Nueva Delhi: una ciudad que no es París ni Madrid, que no se trata de una tierra mansa ni estable, que es pasional, generosa y engañosa, de una belleza arrolladora por sus monumentos, mercados y la amabilidad de sus habitantes, pero que también resulta implacable, violenta y vengativa, marcada por la corrupción, las jerarquías y una riqueza que no entiende de ninguna moral ni dignidad humana.

Esta enorme e hipnótica novela nos ofrece una historia familiar, un misterioso caso casi policiaco y un retrato crítico de la India actual, con una narrativa intensa, inolvidables personajes y una trama que atrapa al lector desde los primeros instantes. "La edad del vicio" tiene todos los ingredientes de una gran novela, para ser leída con fruición de principio a fin.

La novela comienza con un accidente de tráfico de terribles consecuencias, por el que es condenado Ajay, servidor de Sunny Wadia, el heredero de la familia Wadia, omnipotente en el estado de Uttar Pradesh. A lo largo de sus capítulos, este libro despliega ante sus lectores una historia centrada especialmente en tres personajes: Ajay, cuyos humildes y desventurados orígenes y trayectoria son el núcleo principal de la primera parte de la novela; Sunny, el joven rico que parece tenerlo todo, pero vive dominado por la sombra de Bunty, su todopoderoso padre que domina la región, y Neda, la joven periodista que va a aparecer en la vida de Sunny y darle un vuelco.
A través de una serie de hábiles cambios de punto de vista, saltos temporales y una estructura de la narración dinámica, a la par que clásica, la autora nos va sumergiendo en la brutal historia cuyas piezas acaban por estallar la noche del fatídico accidente. El puzle lo iremos reconstruyendo durante la lectura, conociendo en profundidad a estos personajes y sus luchas por realizarse en un mundo hostil. En este libro oceánico conocemos los lugares más pobres y humildes, de los que procede Ajay, personaje golpeado por el destino y con una evolución espectacular, hasta los más ostentosos y obscenamente lujosos, la máxima exhibición de riqueza y poder que rodea a los Wadia. Como marco, un país cuyas ciudades se expanden de modo imparable, aplastando a las masas campesinas que son apartadas de sus hogares por personajes como los Wadia y sus aliados (y rivales). Uttar Pradesh es un hervidero de personas aplastadas por el avance despiadado de los negocios de estos hombres fuertes. Personajes como la periodista Neda intentan atar cabos, pero serán arrastrados también por el poder y la ambición de los auténticos señores, que controlan todo el poder político y social.
Uno de los aspectos que he encontrado más destacables en esta novela es el modo admirable en que la autora combina esta trama social, centrada en la corrupción sistémica del país, con las emocionantes historias de sus personajes. Además de la increíble trayectoria de Ajay, desde la pobreza absoluta hasta el servicio de los más poderosos, el otro gran pilar de esta obra es Sunny Wadia, de compleja y atormentada personalidad: un joven que lo tiene todo, pero dominado por poderoso y tiránico padre, oscilando entre ser el rebelde que quiere, en cierto modo, limpiar los orígenes de su fortuna, y el muchacho que haría lo que fuera por agradar a su padre. Ese desgarro interior conducirá a Sunny a muchas decisiones cuestionables y a algunos encuentros y relaciones indeseables.
"La edad del vicio" es una gran novela, con aliento de clásico, que no retrocede ante retos como introducir nuevos personajes importantes y giros narrativos inesperados (bien justificados) en partes avanzadas de la trama. He disfrutado especialmente de las historias de orígenes de algunos de sus personajes, al modo de las novelas intercaladas en el Quijote, del mismo modo que el ascenso de Ajay en la escala laboral no puede dejarme de recordar el constante cambio de amos de Lázaro de Tormes. Esta novela es un viaje por las mejores maneras de contar historias, construyendo una llena de emoción y brutalidad, de un realismo hipnótico, sentimientos tormentosos y mucha acción y violencia. La vida y la muerte en todas sus dimensiones en una obra que recomiendo a todos los aficionados a la gran literatura, pero que también puede gustar a quienes gustan de novelas con tramas adictivas. "La edad del vicio" es ambas cosas: un hallazgo extraordinario.

Escogí este libro porque por su sipnosis parecía interesante, la verdad es que me ha decepcionado bastante. Primero que en la sipnosis dice que es mitad suspense y mitad saga familiar, yo el suspense no lo he visto por ningún sitio, se le habrá caído por el camino a la autora....

La novela es larga y está muy bien escrita, una de las cosas que más me han gustado es lo bien que describe la autora el sístema de clases que hay en la India. Por lo demás, el libro se me ha hecho lento, denso y en su mayor parte aburrido, en una palabra se me ha hecho eterno.

Por otra parte, es un libro triste y duro, con muchas injusticias, en una sociedad donde existe mucho clasismo, corrupción, donde el pobre no vale nada y siempre será esclavo de la gente con dinero y con una trama donde tiene cabida el amor, las drogas, la corrupción, el secuestro y el asesinato.

La novela está dividida en 5 partes, con 3 protagonistas principales que son Ajay, Neda y Sunny, de éstos el personaje que más me ha gustado ha sido Ajay.

Tampoco me ha gustado que prácticamente en cada parte la autora sólo contase la historia de un personaje, en vez de ir intercalando capítulos de todos ellos, que hubiese hecho la lectura más dinámica. El final me ha gustado bastante, sólo por eso se lleva las 2 estrellas.

Las partes que más me han gustado han sido las de Ajay del II al IV, y las de la cárcel, además del capítulo 3 de la parte 5, es decir, el final.

Una prosa ágil junto a una trama llena de suspense y de acción hacen de esta una novela atrapante y que nos hace viajar en el espacio hasta sentir que estamos recorriendo las calles de Nueva Delhi y que somos unos ciudadanos más.

En la novela nos encontramos con una gran carga de suspense, pero también de acción. En ella convergen las adicciones, el gran contraste entre las clases más poderosas y las que no tienen nada (sus formas de vida, sus actitudes y sus valores) y aún queda un resquicio para que asome el romance.

Si algo tengo que destacar de este libro eso es su ambientación y la capacidad de la autora para, con su prosa, ser capaz de hacernos viajar hasta Nueva Delhi, de surcar sus calles, de oler el aroma de sus calles e incluso de sentir el miedo y la inseguridad mientras paseamos. Y lo que más mérito tiene es que lo hace sin abusar de descripciones largas que ralenticen la lectura. Todo queda envuelto de tal forma que no eres consciente de decir en qué momento ni cómo la autora te ha hecho viajar hasta allí, pero te sientes totalmente adentro.

La historia está dividida en cinco grandes partes y, dentro de ellas, los capítulos están narrados por alguno de sus protagonistas: Ajay, Neda y Sunny. Estos personajes son totalmente diferentes entre sí por distintos motivos: origen social, forma de pensar, valores, prioridades en la vida, etc. Ajay es un joven que procede de una familia de clase social muy baja y que, tras pasar por diferentes trabajos precarios (ser vendido de niño a una familia que lo tiene como sirviente sin recibir nada a cambio, camarero en un local de playa…) acaba sirviendo a Sunny. Sunny es el hijo de un hombre muy poderoso en el país y que, por lo tanto, lleva un ritmo de vida en el que tiene todo lo que quiere cueste lo que cueste; sin embargo vive totalmente a la sombra de su padre y con la idea siempre presente de no decepcionarlo. Por su parte, Neda es una joven periodista con las ideas muy claras, pero que, sin apenas darse cuenta, se ve envuelta en una trama de violencia y de venganza.

A pesar de que es una novela bastante larga (tiene seiscientas páginas) y que no se puede decir que tenga páginas prescindibles, el final me ha parecido algo precipitado.

En definitiva, es una lectura con un ritmo vertiginoso y una trama atrapante que te hace viajar hasta la India sin darte cuenta.

En ocasiones me sucede que, mientras estoy leyendo un libro, voy visualizando toda la trama y cada escena como si de una película se tratara, con esa fluidez y dinamismo propios del cine, con esa facilidad con la que se viaja a través de la historia en una sucesión rápida de imágenes… Así me he sentido leyendo “La edad del vicio”, de Deepti Kapoor.

Una historia, como digo, entretenida, fluida y muy visual, en la que el poder, el dinero y la corrupción son los motores de la vida de los personajes que la autora aquí nos dibuja. Una historia con bastante acción, que no deja que te aburras y te mantiene a la expectativa, interesándote por la trama a cada capítulo.

Una historia tejida con lazos familiares, la cual se adentra en los entresijos de algunas de las sagas (ficticias) más poderosas de la India, y cómo el destino de sus miembros puede determinar el de las personas que los rodean.

Sed de sangre, venganza, ansias de poder e, incluso, amor, son los ingredientes de esta novela por momentos frenética, en la que no dejan de suceder cosas y en la que todo tiene un por qué.

Me ha parecido una lectura de esas que quitan la pereza, adictiva, entretenida. Como digo, he sentido que ponerme a leerla era como sentarme a ver una película; una lectura cómoda, interesante, que requiere poco esfuerzo, podríamos decir que “se lee sola”.

Si bien es cierto que, bajo mi punto de vista, hacia la mitad la obra baja un poco el ritmo, la tensión es constante y el interés no decrece. Si lo que buscáis es algo que os enganche, os despeje de lecturas densas u os saque de un parón lector, puede que este libro sea un buen candidato.