Blanco

Lo que me hace sentir Han Kang con sus historias, no me lo hace sentir ninguna otra autora o autor. Me tiene desde la primera hasta la última página en un estado de agitación, con el corazón en un puño. Tiene la habilidad de hacerme sentir muchas cosas con muy pocas palabras. Trastorna totalmente mis emociones y es algo que no todos los autores consiguen en mí. Y menos conseguirlo con todas sus obras (al menos con las que tenemos por ahora publicadas en español). Y eso es lo que me ha pasado con Blanco.

Han Kang se va a servir de diferentes cosas blancas para contarnos la historia de una tragedia familiar, y cuales son sus sentimientos respecto a este dolor. Ante la pureza del blanco, la autora trata de consagrase con ese dolor, que la sigue atormentando. El libro fue escrito durante la estancia de Han Kang en una ciudad europea, que durante la Segunda Guerra Mundial fue completamente devastada y esta ciudad reconstruida, prácticamente nueva, la inspira para hablar de un episodio tan doloroso del pasado.

Lo primero que destaca es la forma tan curiosa de narrar la historia. Parecieran pequeños relatitos sin unión, meras opiniones que le surgen al pensar sobre uno de estos elementos u objetos. Pero poco a poco vamos entrando en la historia, en el drama. Los capítulos no duran más de tres páginas, en algunos casos solo una, pero aún así conseguían mantenerme en silencio reflexionando al acabar cada uno de ellos. Es un libro cortito, pero con una gran profundidad.

Si lo comparo con las otras dos obras que tenemos en español de la autora, "La vegetariana" o "Actos humanos" (que ya son dos de mis libros favoritos a día de hoy), en este vemos mayor "sencillez" en cuanto a forma, y quizás es mucho más directo, aunque la autora sigue sirviéndose del vehículo de la metáfora para represesentar mensajes mucho más profundos. Mensajes que continuamente te invitan a la reflexión y que emocionan.

Y no quiero acabar mi opinión sin mencionar como escribe esta mujer. Su pluma es tan exquisita y profunda que consigue hacerte empatizar con cualquier realidad, aunque te pille al otro lado del mundo y no hayas vívido nada ni remotamente parecido. Sabe sintonizar muy bien con las emociones humanas y además lo hace siempre de manera original, siempre con su toque especial. En definitiva, Han Kang es mi autora favorita y solo espero y deseo que su editorial en español no abandone la publicación de sus libros, porque aunque me lo hagan pasar mal, me dan vida y los necesito todos. ¡Vaya genia!

Esta novela une a través de unos pequeños relatos escenas cotidianas en donde objetos blancos transmiten el sentimiento de perdida sobre lo que podría haber sido y no fue.
A través de esos relatos que representan escenas cortas y detalladas de momentos específicos podemos conocer a la autora, partes de su vida y de sus sentimientos.
A partir de un suceso que le ocurrió a su madre cuando era una mujer recién casada va desarrollando como la vida alternativa de como podrían haber sido las cosas si ese suceso no pasase, comparándolo continuamente con la actualidad de su vida.
Y para mostrarnos ese sentimiento se fija en esas pequeñas cosas cotidianas de color blanco que nos rodean y que en ella generan ese pensamiento de pérdida.
Como por ejemplo: las olas, la nieve, el pastel de arroz, la niebla y otras muchas cosas.

La novela es corta, cada relato está entre una carilla y una página, puede que alguno sea un poco más largo. Se divide en tres partes: yo, ella y todo lo que es blanco.
Es una novela que se lee muy rápido, que no se comprende del todo bien lo que nos quiere transmitir hasta que no se le da un par de vueltas, pero una vez que llegas a la conclusión puedes ver cada relato de una forma completamente diferente y llegar a sentir la profundidad de sus sentimientos.
En definitiva, es un libro muy corto y raro, difícil de comprender por completo y que deja una sensación extraña.

La mujer que protagoniza la novela no ha llegado a conocer a su hermana mayor, pues ésta murió al poco de nacer prematuramente.

Lejos de permanecer desconectada de dicha realidad, la protagonista vive con la pesarosa idea de que ella existe debido a la muerte de su hermana. Por lo tanto, la felicidad que le supone vivir, está unida inexorablemente a la tristeza por la desaparición de la recién nacida.

Debido a ello, se imagina constantemente situaciones que podría haber vivido, paisajes o animales que podría haber visto o sentimientos que podría haber tenido la fallecida de haber seguido viviendo.

Se imagina a esa mujer que no ha muerto como una mezcla entre ella misma y otra persona, comparándola con la ciudad de Varsovia, que resurgió de sus ruinas después de haber sido destruida por el nazismo.

OPINIÓN PERSONAL 🤍

Una de las cosas que más me ha llamado la atención de "Blanco", es que está compuesta por numerosos microrrelatos, teniendo todos ellos en común la presencia de uno o más elementos del color que da título a la novela.

Cabe destacar que, en el continente asiático, el blanco es un color asociado al luto, pero no entendido éste desde el desasosiego, sino desde la calmada aceptación de la realidad efímera y delicada de la vida.

El blanco, así como la novela de Han Kang, aporta tranquilidad y belleza, pero a la vez tristeza y melancolía, pues de la misma forma que la felicidad por la existencia de la protagonista está unida al dolor por el desenlace de su hermana, la dicha de vivir está unida a la pena que supone el implacable paso del tiempo y la muerte.

Otra de las cosas que más me ha sorprendido de "Blanco" es la prosa tan sumamente poética, delicada y visual de la autora. Una delicia totalmente recomendada.

🌿
Tras leer los tres libros que tenemos disponibles en castellano de Han Kang, puedo asegurar que leerla siempre es una gran experiencia. Sus tres libros son muy distintos entre ellos y he podido descubrir diferentes registros de la autora pero tienen algo en común, su esencia inconfundible. 'Blanco' ha sido el último que he leído y voy a intentar plasmar lo que me ha parecido, lo que me ha hecho sentir. Parece fácil pero no lo es.

«Cuando una persona que ha sufrido una mala caída se levanta del suelo apoyándose en las manos entumecidas por el frío y se da cuenta de que ha malgastado su vida,
cuando se da cuenta de que no quiere volver a la terrible soledad de su maldita casa,
cuando se pone a pensar qué es esto, qué demonios es esto,
cae la maldita nieve blanca.»

La autora utiliza un color como eje central, como nexo de la historia. al comienzo enumera varios objetos de color blanco y luego va narrando la historia a través de ellos. Se trata de una historia con la que la autora viaja a su pasado, más bien al de su familia, y ahonda en una herida que aún no ha cicatrizado. Textos muy breves que remueven, hacen reflexionar y también "trabajar". al principio pueden parecer textos inconexos pero nada más lejos de la realidad. Cada texto es una pieza de un puzzle que solamente se aprecia al llegar al punto final. Es en ese preciso momento cuando, de forma automática, se va uniendo todo lo que se ha leído, todos los sucesos, para crear la historia, por explicarlo de alguna manera.

«Además, ella se olvidaba con frecuencia
de que su cuerpo (como el de todos nosotros)
era una casa de arena.
De que había estado y estaba desmoronándose.
De que se escurría incansable entre los dedos.»

Un nuevo registro de la autora lleno de sutilezas y con un toque poético a pesar de la crudeza. Descripciones que ponen los sentimientos a flor de piel. Muchos detalles pero también silencios muy necesarios ya que a veces dicen más que las palabras. Dolor, melancolía y tristeza. Una lectura para leer lentamente, permitiendo que te empape todo lo que esta autora hace sentir, todo lo que transmite.
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Blanca es la niebla tras la que se esconden las sombras; la nieve que cae serena y se asienta sobre la ciudad convirtiéndola en algo hermoso y temible; una variedad de magnolias; las alas de una mariposa. 

Blanco es un tipo de ruido; algunos vestidos de novia; los saris de las viudas que se apartan del mundo en India; las mortajas.


Vivir a la sombra de un ángel blanco es dejar de existir a medias. Es cruel competir con alguien que no fue porque la imaginación siempre mantiene inmaculada la memoria; mientras que los que se quedaron, manchan su propio camino con cada una de sus pisadas.

Acompañar y excluir, recordar e inventar. Repetir ese mantra que, junto con el blanco de aquel momento, es parte de tu herencia: no te mueras, por favor, no te mueras. VIVE.