Una noche

En Japón, poco a poco la mujer va saliendo del destierro teatral. La ínclita portavoz de este nuevo movimiento de autoras nacidas en la década del setenta es Yuko Kuwabara. Ella crea relatos de un realismo mágico y exuberante, pintando estampas y postales íntimas del Japón actual, tocando asuntos sociales como la pobreza, la descomposición social, el crimen y castigo.

A pesar de que la mayoría son personajes vulnerables y lastimados, el ambiente que compone tan magistralmente la autora va más por el lado de la jovialidad y la alegría, alejándose un poco del aspecto negativo. Logra asignarles una gran vivacidad y fortaleza, y se nota el cariño y respeto que dispensa a los protagonistas, más allá de cualquier defecto.

Sus libros circundan a menudo por los terrenos de la singularidad vital, esos de la vida diaria, plagados de situaciones difíciles, de inhumanidad y barbarie.

El teatro de Yuko rebosa de calor y cordialidad, es un hombro amigo al que aferrarse ante las tragedias, un abrazo tendido para sobrellevar mejor los golpes de la vida. Por ejemplo, en el relato "Una noche" viviremos de cerca la terrible confesión de una madre a sus desdichados hijos... Ella ha asesinado a su marido, que le pegaba, y sabremos qué ocurrió pasados los años de su condena, cuando vuelve a su hogar a reencontrarse con sus hijos... Estamos ante una durísima denuncia de la violencia doméstica.

La idea central es que a lo largo de nuestras vidas el infortunio y el desastre se encuentran siempre a la vuelta de la esquina, y aquí esos temas se desarrollarán paulatinamente: las vidas de los personajes cambiarán y se verán retorcidas por temas como el rencor, el amor, el perdón, el odio, la culpa y la venganza, entre muchos otros.

Yuko Kuwabara es la maestra del teatro japonés moderno. Sus personajes son entrañables e inolvidables, como solo puede concebirlos esta dramaturga que conoce muy bien las vidas de la gente ordinaria de su país, sus miedos y sus miserias, pero también su resiliencia y sus ganas de salir adelante. Entenderemos, gracias a ella, el papel actual de la mujer que hoy, más que nunca, es necesario reivindicar: las veremos cuidando de sus hijos luego de la separación, siendo víctimas que se caerán solo para volverse a levantar... Una escritura clara, directa aderezada con toques humorísticos que harán todo el relato más llevadero. Y es que después de la tormenta, siempre tendremos la luz del sol.

Las obras de teatro japonés que está publicando la editorial Satori son auténticas maravillas. Os animo a leerlas.