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Una vez más, Mari Jungstedt me ha mantenido enganchada hasta el final. La autora nos traslada hasta la isla sueca de Gotland, por lo que la ambientación tiene ese halo frío que envuelve a la mayoría de las novelas negras. En esta novela, la calma que queda cuando una isla turística se vacía, se ve rota por la desaparición de una niña, aunque esta primera desaparición no será la única. Será la segunda la que nos mantendrá en vilo hasta el final. Junto a estos hechos, la autora sigue narrando la vida de los personajes que nos acompañan durante toda la serie. de entre todos ellos destacan Anders Knutas y Karin Jacobson, quienes, aunque dirigen la investigación, no están libres de convertirse en protagonistas de la que podría ser su propia investigación. Si algo hay que puntualizar en esta serie es que conviene leerlas en orden, y no solo porque vemos cómo evolucionan las vidas de sus personajes, sino porque también hace referencia en ocasiones a sucesos de otras novelas, revelando incluso cómo se resuelven. Si tengo que ponerle algún pero es que he llegado a intuir parte del desenlace. Sin embargo, el hecho de que me haya mantenido tan alerta me hace que le dé la máxima puntuación. |
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