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“Cuando abrió la puerta se dio cuenta inmediatamente de que había cometido un error.” ~ Nadie lo ha oído de Mari Jungstedt. En el pueblo sueco de Gotland, el fotógrafo Henry Dahlström, con problemas de alcoholismo, aparece asesinado en su laboratorio de revelado. El crimen se produce después de que haya ganado en las apuestas de caballos. En principio los investigadores creen que se trata de una pelea entre alcohólicos pero enseguida descartan este hecho a favor del asesinato. Por otro lado, el libro narra la historia de la joven Fanny, de 14 años procedente de una familia desestructurada, también con problemas de alcoholismo. Estudia y trabaja en el centro hípico y se ve envuelta en un caso de pederastia. Cada capítulo del libro se corresponde con un día en el que se narra la vida del investigador, de la joven Fanny, de cómo avanza la investigación y del resto de las subtramas. Algunos capítulos son largos pero otros no pasan de una página o dos. Segunda entrega de la saga del investigador Anders Knutas. El libro se lee rápidamente, no solo porque no llega a las 300 páginas sino porque está escrito de una forma sencilla, directa y sin enrollarse en exceso. Con relación al primero me ha gustado menos ya que el final me ha parecido un poco precipitado y deja muchas preguntas sin resolver. Es como si la autora hubiese dicho “ahora el culpable va a ser este” y lo hubiese convertido en tal y de la misma manera podría haber sido ese, como otro. de cualquier manera seguiré leyendo la saga porque me gusta el personaje de Knutas y tengo curiosidad por saber cómo avanzarán las subtramas. |
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