Breve crónica de una paulatina desaparición

Me ha sorprendido, pero para mal.

Normalmente cuando oyes algo sobre una desaparicion al menos esperas que investiguen algo. Pero tanto un inquillino como otro del edificio te cuenta sus vidas a trocitos.

Quizás el mayor problema y por el que no pude seguir leyendo es que no hay un narrador claro ni tipo de persona contando la historia. Está en primera, segunda y tercera según le dé el trocito que lees. Separados por títulos que pocas veces especifican quien habla.

Puede ser la niña que desapareció, algún vecino, su familia, un ajeno incluso tú mismo. Hay veces que simplemente son dialogos sueltos como quien escucha a dos personas hablar detrás de la puerta, sin contexto alguno.

Decepcionante. Esa es la única palabra que se me ocurre. Esperaba algo más interesante, a pesar de las excentricidades que ocurren en ese edificio, si se redacta bien puede llegar a tener sentido. Pero hay demasiadas cosas fuera de logica y de la que no se toman momento para explicar.

Supongo que según avanzas puedes descubrir si alguna cosa casa con otra, pero llegué a un punto en el que no puedo avanzar por mucho que me obligue. La lectura la utilizo para despejarme de mi día a día, meterme en un mundo y centrarme en él. Lo único que he llegado a conseguir con este libro es que me duela más la cabeza. Y creedme, tengo una amiga que puede confirmar mis esfuerzos de darle una oportunidad.

Siento no poder hacer una crítica mejor. No sé con que propósito fue creado este relato, pero a mi no me ha llegado a conquistar.