Cuando Hitler robó el conejo rosa

Esta novela, considerada ya un clásico de la literatura juvenil, es una buena puerta de entrada para conocer una de las épocas más estremecedoras de la historia: los cimientos nazis que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial. de la mano de unos personajes entrañables (los hermanos Zwirn, Ana y Max), guiados por la naturalidad fruto de su ingenuidad, conocemo las consecuencias directas de la política de Hitler sobre la población. La familia Zwirn, de origen judío, debe iniciar un periplo por toda Europa huyendo de las amenazas del régimen nazi. Ana se ve obligada a pasar de la infancia a la madurez a marchas forzadas. La pérdida de su conejo rosa (bonita metáfora de esa infancia robada) es el mejor símbolo. Es una novela de viaje, de exilio, de huida… y nosotros acompañaremos a la familia por Suiza, Francia y finalmente Inglaterra. Y a pesar de lo trágico de esta huida, los niños disfrazan la realidad con su inocencia, y Ana llega a la conclusión de que, a pesar de ser unos refugiados, lo importante es continuar juntos:
“No importa si tenemos dificultades, como ahora con el dinero, ni me importa la estúpida opinión de la portera, como esta mañana… Siempre que estemos lo cuatro juntos.”

El final, al que tendréis que viajar en vuestra lectura, para mí tiene un halo de esperanza, justo cuando está a punto de comenzar la Segunda Guerra Mundial.

En la novela también podremos reflexionar sobre otros temas como:
El influjo de las ideas de los adultos sobre los niños (como la familia alemana que impide a sus hijos jugar con Ana y Max).
Las dificultades económicas sobrellevadas con un mayor aprecio del valor de las cosas (como el simple pastel que Ana merienda junto a su madre en una pastelería de París).
Las diferencias de la educación para chicos y chicas.

También recomiendo relacionar esta novela con otras lecturas ambientadas en la misma época: Diario de Ana Frank o La bibliotecaria de Auschwitz.

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