El ruido de las cosas al caer

“En la oscuridad del cuarto pensé en eso, aunque pensar en la oscuridad no es conveniente: las cosas parecen más grandes o más graves en la oscuridad, las enfermedades más destructivas, la presencia del mal más cercana, el desamor más intenso, la soledad más profunda.”
Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973) es escritor y columnista en el diario colombiano El espectador. Entre sus novelas están Los informantes o Las reputaciones. Recibió el premio Alfaguara en 2011 y el International IMPAC Dublin Literary Award 2014 por El ruido de las cosas al caer.El ruido de las cosas al caer es una bellísima novela, escrita con una prosa cuidada y sumamente poética que nos cuenta la historia de Antonio Yammara y Ricardo Laverde. Ambos se conocen jugando y apostando en unos billares en el centro de Bogotá. La historia transcurre sin que nada especial pase y no comprendemos muy bien por qué Antonio está tan obsesionado con Laverde, un personaje que dice ser piloto y que ha estado en la cárcel, pero del que no sabemos nada más.



"Durante las semanas que siguieron, el recuerdo de Ricardo Laverde pasó de ser un asunto casual, una de esas malas pasadas que nos juega la memoria, a convertirse en un fantasma fiel y dedicado, presente siempre, su figura junto a mi cama en las horas de sueño, mirándome desde lejos en las de vigilia."
Todo comienza con la imagen de uno de los hipopótamos de Pablo Escobar destrozando todo lo que encuentra a su paso. Este animal es una de las imágenes del poder omnipotente de Escobar y los destrozos que va dejando en su carrera son una metáfora de cómo el célebre narcotraficante destrozó a Colombia.

Antonio es un profesor tranquilo que vive en Bogotá. Tiene amoríos intrascendentes hasta que un día una de sus alumnas le dice que está embarazada y se instala en su casa, sin más. Él lo acepta sin pasión, sin ni siquiera plantearse qué es lo que él quiere. Pero el nacimiento de su hija es uno de los más bellos momentos de una historia en la que hay de vez en cuando fragmentos que podríamos llamar líricos:



"Que tengan cuidado esas manos, pensé, que se muevan con destreza, que no toquen lo que no hay que tocar. Que no te hagan daño, Leticia, y que no te asustes porque no hay nada que temer… Supe que nunca volvería a querer a nadie como quise a Leticia en ese instante, que nunca nadie sería para mí lo que allí fue esa recién llegada, esa completa desconocida."
Pues efectivamente, de pronto descubrimos que de lo que va el libro es de la otra cara del narcotráfico en Colombia, en un momento en que casi todos caímos atrapados por las series sobre Escobar, por los libros escritos sobre él, leo este libro que trata de las generaciones que desde niños vivieron entre bombas y asesinatos, que se acostumbraron a pasar su vida en el miedo y la violencia pero que, a la vez, se escapaban para visitar el increíble zoológico que Escobar se hizo construir en la Hacienda Nápoles, de los que se enriquecieron a costa de la droga: "[...] la generación que nació con los aviones, con los vuelos llenos de bolsas y las bolsas de marihuana, la generación que nació con la Guerra contra las Drogas y conoció después las consecuencias". Antonio nos cuenta como la Violencia con mayúsculas fue acompañándolo toda su vida, como los bogotanos simplemente no preguntaban: tenía 14 años cuando Escobar mató al Ministro de Justicia, 16 cuando mató al director de El Espectador, 19 cuando ametrallaron a Galán, candidato a la Presidencia y luego vino lo del vuelo de Avianca, un Boeing 727-21 que Escobar hizo estallar en el aire —en algún lugar del aire que hay entre Bogotá y Cali— para matar a un político que ni siquiera estaba en él.

En El ruido de las cosas al caer se habla de dos tragedias aéreas en Colombia que impactaron al mundo. La primera, un avión de Avianca en noviembre de 1989. Una bomba colocada por el Cartel de Medellín para acabar con César Gaviria, candidato presidencial que no había tomado el avión, fue la responsable de la muerte de 110 personas. La otra, el vuelo 965 que se estrelló, causando 159 muertes, por una serie de errores de los pilotos en diciembre de 1995.



"También con el ruido que era la madre de todos los ruidos, el ruido de las vidas que desaparecen al precipitarse al vacío, el ruido que hicieron al caer sobre los Andes las cosas del vuelo 965 y que de alguna manera absurda era también el ruido de la vida de Laverde, atada sin remedio a la de Elena Fritts."
Debo reconocer que he repasado el listado de pasajeros de este vuelo buscando a uno de los personajes de esta historia. Cuando repasaba la lista me sentí tan nerviosa como si estuviera buscando a alguien real. Antonio escucha compulsivamente la grabación de la caja negra del vuelo y esto se convierte en un momento clave de su vida, porque empieza a buscar a Ricardo Laverde una vez muerto. Un encapuchado les dispara en una parada de autobús, Ricardo muere y Antonio resulta gravemente herido. No logra recuperarse mental ni físicamente, pero decide investigar en la vida de Ricardo y se encuentra con la hija de este, Maya, con quien irá descubriendo la historia de Ricardo y Elena, sus padres, al tiempo que van exorcizando su pasado de miedo, su historia en un país dominado por Escobar y la droga.

Dado que el narrador es el propio Antonio, la narración es una evocación de su vida y de la de Ricardo, interpretada por Antonio y por Maya.

¿Qué tiene que ver Ricardo Laverde y su mujer, Elena Fritts con el narcotráfico? ¿Qué fue lo que ocurrió para que Antonio viviera sumido en un profundo pánico que le impedía hasta salir de casa? ¿Por qué Maya nunca conoció a su padre? Os animo a leer esta novela inolvidable.

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Este libro relata de forma muy acertada el impacto que la violencia tiene en una familia, en una persona y en una sociedad. La muerte de Ricardo Laverde impactara de diferentes forma la vida de todas las personas que lo conocieron, la narración nos muestra una Colombia en una de sus épocas mas difíciles donde el narcotráfico nos tenia acostumbrados a la muerte, la violencia a la injusticia misma como algo innato y natural de su día a día.

El viaje personal por el que atraviesa Antonio a partir de este hecho es maravilloso, retrata de forma cercana el estrés postraumático, la confusión y la necesidad de respuestas que sucintan hechos tan inexplicables y violentos. Definitivamente es una lectura corta pero muy enriquecedora.

Hace un buen tiempo quería leer a este hombre. Es que se ve como esos autores colombianos de la época de Mario Mendoza que salen muy buenos, y si, este hombre salió muy bueno. “El ruido de las cosas al caer” es una novela muy buena que me hizo reconciliarme con el premio Alfaguara.
La historia de este libro cae en el lugar común, ese mismo sitio en donde muchas historias, sean literatura o cine o series utilizan para hablar de esa época de violencia que se creó en entorno a Pablo Escobar y el narcotráfico colombiano. Eso no me convenció, y claro yo soy de la generación que nació con esa guerra lejana, con esa gente que se mataba en el monte y que enseñaron a que eso no era con nosotros, puede que eso influya no lo voy a negar.
Pero de lo que quiero hablar es de como escribe Vásquez y como sus personajes son grises; es delicioso leer a este hombre, muy sencillo, con sus momentos de prosa poética que no desagradan para nada y una unión en algunos momentos de diálogos entre los párrafos que están muy bien hilados, la estructura de esta novela me gustó mucho. del mismo modo sus personajes, aunque todos están envueltos en ese “después de Escobar”, son mucho más que eso, claro la mayoría de traumas existen gracias a esa época, pero Vásquez los desarrolla de tal forma que hacen de estas personas más sólidas y hasta se llegan a querer.

Y un punto muy a favor es que una gran parte de la novela está ambientada en el centro de Bogotá, justo las calles en donde ahora estoy estudiando y aunque está ambientado en los años noventa, cuando describe o nombraba algún lugar en donde yo paso a diario o voy a tomar café me hace sentir que camino por lugares increíbles.

Entonces “El ruido de las cosas al caer” es una novela que tiene personajes muy bien construidos, con una narrativa muy buena y que hace fácil la lectura, pero que tal vez porque ya estoy lleno de la “narco historia” de mi país, ya se me hace repetitivo, pero para nada es una mala novela. Habrá que leer más de este bogotano.

"La experiencia, eso que llamamos experiencia, no es el inventario de nuestros dolores, sino la simpatía aprendida hacia los dolores ajenos".


Los momentos más memorables de El ruido de las cosas al caer están enmarcados entre el frenesí de las palabras y la cuidada narración de Vásquez, y su utilización magistral de fragmentos poéticos, que en palabras de José Asunción Silva, Aurelio Arturo; o en frases de El Principito, crean un paralelismo que contribuye fuertemente al impacto emocional de lo narrado.

Es un libro que trata temáticas como el amor, la codicia, la violencia en Colombia, el narcotráfico, el impacto de la violencia y el miedo en los ciudadanos colombianos. Todo esto, a través de un rompecabezas que el narrador se dispone a resolver: ¿Quién era Ricardo Laverde? Y Vásquez, apoyado en eventos reales y propios de la Colombia del siglo XX (El desastre aéreo del American 965 antes de llegar a Cali, La tragedia de Santa Ana, el auge de Pablo Escobar y del narcotráfico, los inicios del narcotráfico en la marihuana, la declaración de la Guerra contra las drogas en EEUU, etc...) pinta personajes completos, reales, con defectos e imperfecciones, que tienen una característica en común: querer entender el impacto del azar en sus vidas.

Si tienes miedo a los aviones, no leas este libro.Dicho eso, este es un perfecto ejemplo de un género al que denominaría "novela de la memoria": aquellas obras donde la trama es la memoria o el recuerdo de otra persona, distinta al protagonista, que se vuelve el narrador de la vida de un tercero, una suerte de "detective" que trata de contarnos sobre la vida de este tercero. Ejemplos hay varios: "Los detectives salvajes" o "Leviatán" de Auster y en el plano local "Memorias de una dama" de Roncagliolo y las dos novelas de Daniel Alarcón.El inicio de la novela es muy bueno, lo sentí por un momento "real maravilloso" (inevitable si se piensa en la literatura colombiana), aunque luego la prosa va "pisando tierra" un poco, sin dejar de estar bien escrito. Conmueve, sin ser melodramático. Estoy pensando en leer "Las reputaciones".