Bajo presión
David Evans es un neurocirujano que ha conseguido su prestigio gracias a su esfuerzo y dedicación. Sin embargo, después de que la tragedia llegara a su familia, se ha convertido en un ser gris, que se centra desesperadamente en el trabajo. Por ello, de primeras, no es de extrañar que le encarguen la operación de una personalidad muy importante. Lo que no sabrá el doctor Evans es que tratar a ese paciente le traerá consecuencias impensables.
Así comienza la historia en la que el autor ahonda en cuáles pueden ser los límites, en caso de extorsión, de una persona en apariencia normal. Estos límites fluctuarán en el conflicto entre lo personal y lo profesional, casi entre lo ético frente a lo moral (casi como si de una Antígona se tratara) y el autor nos llevará a preguntarnos qué haríamos nosotros.
En este sentido, el autor nos ofrece un relato muy completo, con la tensión narrativa justa y sin giros de guion innecesarios, precisamente porque sabe mantener la tensión narrativa. Esa presión se transmite perfectamente al lector, que queda enganchado a la trama gracias a la escalada de gravedad y desconcierto que sufre el protagonista, en el que se enfoca bastante.
De ambientes y sensaciones
Sin embargo, a pesar de que la novela me ha gustado, y de que me parece muy consistente, como ya he mencionado, me da la sensación de que le sobran páginas. No es la primera vez que me pasa con él y reconozco que en este caso no sé en qué punto le sobran, pero sí que he tenido esa sensación de avanzar en páginas, pero no en contenido. No dejo de tener esa sensación de vacío.
Por otro lado, otra cosa que he acusado es que, a pesar de que la ambientación es americana y, como tal, tiene los clichés americanos (el hombre hecho a sí mismo, la aparición de personalidades, el FBI, etc.), he notado ciertos regustos de nuestro ambiente español. En este aspecto, se me ha roto un poco el pacto de ficción, ya que había comentarios de nuestro ambiente en los diálogos de personajes que representaban el epítome de lo americano.
Bajo bisturí
Ahora bien, los personajes son muy reseñables. La construcción está muy lograda, tienen personalidad y la tensión los va modelando poquito a poco. Quizá, es cierto que ciertas ideas que se ponen en boca del protagonista no me hacen especialmente gracia. Sin embargo, soy consciente de que esto forma parte de la creación de personaje, y que es cosa mía, aunque es verdad que me cuesta empatizar con alguien como David Evans
Por el contrario, el resto de personajes me han gustado bastante. White, como antagonista, me inquieta y me despista como creo que deben hacer los buenos malos de las historias pulp. Además, si no estoy equivocada, tiene recorrido al menos en
Reina roja, creando un poco el universo de estos libros. Además, el personaje de Kate me parece una maravilla. Agente del servicio secreto se nos muestra como una mujer fuerte, valiente, sensible, independiente…
Bueno esto último no y es que con lo bien que iba al autor se le ha ocurrido meter cierto tufillo amoroso que intuíamos y por tanto no era necesario. La épica de la novela es fantástica, estaba en el encuadre casi de héroe americano y, sin embargo, se rompe totalmente cuando la justificación es tan tópica. No sé, lo dicho será cuestión de gustos.
Después de…
El paciente de
Juan Gómez-Jurado es una novela que está muy bien construida, en la que la trama no tiene flecos sueltos y donde las causas y consecuencias están muy bien medidas. Tanto el protagonista, David Evans, como el antagonista, el señor White, son el epítome de lo que representan, recurriendo al «bueno» frente al «malo» de aquellos tiempos. A ello añadimos una figura femenina que brilla por sí misma y que se lleva gran parte de la trama. Sin embargo, en este caso, por el tema a tratar, los buenos no serán tan buenos y nos parecerá bien ese deber ético frente al moral, al que añadimos una trama adictiva nos llevara de parte a parte.
Cabe señalar que hay peros, pero porque creo que el autor y yo no nos entendemos. Su estilo es definido y sólido, disfrutable, y, sin embargo, siempre tengo la sensación de que le sobran páginas. Es frustrante cuando has leído algo sin darte cuenta y tu sensación es de vacío narrativo. Por otro lado, el empleo de ciertos recursos, como el enamoramiento, o determinadas ideas que caracterizan al protagonista no me gustan, me parece que no son necesarias y que enturbian las cosas buenas de la obra.
Os la recomiendo, por lo que decía, porque la novela es muy disfrutable y engancha, y los peros si los tomáis bien y si no pues también. Espero que os guste.
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