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El retrato del artista adolescente, de James Joyce, continúa las obsesiones temáticas del autor irlandés: la nación, el eterno pleito entre católicos y protestantes, los primeros años en un instituto educativo que me recuerda bastante a los seminarios católicos en México, porque mezclan dos cosas sustanciales, la religión y la educación; las cosas del espíritu (crítico) y las del conocimiento. Literatura de iniciación, pero ahora con un nombre propio: Stephen Dedalus, sus compañeros de clases y por otro lado su familia y las costumbres. La poesía y el heroísmo político y trágico de Parnell. Lo que en Dublineses era la aplicación dispersa a los muchos personajes que representan los cambios desde la niñez hasta la adultez, Retrato del artista adolescente es el enfoque certero hacia cierta comunidad, con la continuidad de la biografía novelada. James Joyce se convierte en otro de los balauartes literarios de Dublin gracias a la prestigiosa pluma que domina como todo un as.
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