Amigos nocturnos

Sam Southall, Clive y Terry son tres amigos que crecen felices en un pequeño pueblo inglés. Una noche, Sam descubre una duende en su habitación. Pero esta duende no ha salido de ningún cuento infantil, es un ser oscuro, siniestro e inquietante que va a hacer que Sam descubra aspectos tenebrosos de su personalidad y su carácter a lo largo de su vida.
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Que Graham Joyce sea el único escritor que ha ganado 4 veces el premio British Fantasy y una vez el premio mundial de fantasía no es casualidad. de eso se da uno cuenta al leer la primera página, cuando te consigue atrapar y estremecer con algo tan cotidiano como la imagen de unos niños de 5 años jugando en un estanque.
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“Amigos nocturnos” podemos englobarla dentro del estilo del realismo mágico, pero es muy difícil de catalogar, porque es un relato de vidas entrelazadas, de cómo evolucionan sus protagonistas desde la infancia, pasando por una adolescencia convulsa, a la madurez. Y ser testigos y partícipes de esto puede ser tan terrorífico y aterrador como maravilloso y cautivador, porque es la vida misma la que respira en cada frase. Hay espacio para todo: amor, amistad, sexo, celos, generosidad, muerte, secretos inconfesables, arrepentimiento, lealtad, sacrificio… Esta novela es brutal y aterradora, y al mismo tiempo tierna y divertida. Vivir es crecer, aprender, aceptar que muchas veces las cosas son así y que uno solo puede esperar a tener más suerte en el futuro. Es respirar sin ser conscientes de que lo hacemos. Es mirar atrás y ver todas las veces que hemos mudado la piel. Es ensayo y error, y tratar de no morir en el intento.
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Este libro apareció sin esperarlo una noche a los pies de mi cama, como esa duende perversa y fascinante de la historia. Ahora no se si realmente existe, si ella está en mis sueños, o si soy yo el que vive en su universo onírico y es ella quien sueña conmigo. Pero eso también es parte de la vida: aceptar que cualquier día, tú o yo, podemos ser capaces de ver duendes. Y compartirlos.