Canciones de cuna para demonios

Canciones de cuna para demonios.

En los tiempos en los que vivimos, en donde prima por encima de todo lo politicamente correcto, donde hay que ir con cuidado con lo que uno hace y sobretodo dice, se agradece mucho el que haya libros como el de José Manuel Vara, un libro que se salta todo eso desde la primera página. Un libro formado por trece relatos o historias que golpean sin piedad a la mente del lector, que se adentrará en el universo del autor y que no saldrá indemne de esta experiencia. Son historias que no dan concesión alguna, y donde Vara se adentra hasta el fondo en la mente de los personajes y los disecciona hasta llevarlos al límite. El lector encontrará terror, horror, crítica a una sociedad que está aborregada y apática, el libro destila mucha ironía y mucha mala leche.

También hay mucho sexo, y bastante explícito, donde el autor da rienda suelta a las perversiones y deseos más oscuros de los personajes, llevándolos hasta límites insospechados, sin marcha atrás, aunque pueda parecer que es gratuito todo el sexo que contienen las distintas historias, no lo es ni mucho menos, todo forma parte coherente dentro del libro, todo tiene su razón de ser como verá el lector. Son relatos y historias que removerán al lector, para bien y para mal, y no dejarán indiferentes a nadie. El autor tiene una prosa potente, son lindezas ni florituras, va directo al contundente de principio a fin. Maneja la psique humana como pocas veces he podido leer.

Personajes al borde del abismo, en muchos casos perdedores y marginados socialmente, gente extrema que vive al límite, o que va mucho más allá de lo que suele ser normal en la sociedad actual. En las distintas historias de Canciones de cuna para demonios el lector se encontrará con momentos y situaciones duras, extremas donde el autor pondrá a prueba a todo aquel que se adentre en este libro, un libro que es absolutamente recomendable para todo aquel que quiera leer algo que se salga de lo habitual, que quiera sentir y experimentar sensaciones buenas y malas, y que con otros libros no las experimentaría. Un autor que tiene un estilo muy personal y muy marcado.

Tengo que reconocer que es lo primero que leo de el, y puedo asegurar que no será lo último que lea de el. Como lector tengo que reconocer que no es una lectura recomendada para todo el mundo, ya que puede haber gente que salga con la sensibilidad herida, debido a la contundencia y dureza de las historias, y también por el lenguaje usado, pero también puedo afirmar que si entras con la mentalidad abierta y dispuesto a vivir toda una experiencia como lector, aseguro que no se sentirá defraudado. Sin duda alguna, uno de los mejores libros que he podido leer este año. Sus historias se grabarán a fuego en la mente y en el corazón del lector durante mucho tiempo. Como dije al principio, se agradece que haya libros como el de José Manuel Vara, libros que remueven y sacuden a los lectores, para bien y para mal. Un gran libro de un gran autor, más alto y más claro no lo puedo decir.

Sinopsis:
Delirios de un compositor de Canciones de cuna para demonios.
El dolor es oscuro. Se ha hecho imprescindible, inevitable. El dolor cambia de forma en función del trauma del escritor al que se ha hecho adicto, de los patrones de conducta que llevan a un antisocial a renegar de la navidad, ya que un Papá Noel de saldo ha arrebatado sus sueños, mientras las salpicaduras de sangre manchan una pared blanca, pintada por padres que no reconocen a hijas muertas o, tal vez, asesinadas, ya que la toxicomanía les hace ser diseñadores de una pesadilla lujuriosa que revienta a gritos un hombre que empieza a mutar a lagarto.

Y un contenedor de basuras, ajeno a todo esto, se dedica a observar a un hombre que se suicida con un fondo de cortinas rojas, ya que el dolor seguirá siendo oscuro mientras gocemos de una fugaz sensación de libertad, esa que llevará a Chica Tormento, fusionada con un viejo fotograma de cine mudo aberrante y abyecto, a pervertir sus propios sueños.
Sueños que, como demonios insomnes, se esconden en viejas maletas de viaje. Maletas de interior oscuro, como aquel viejo dolor que ningún delirio, gestado por un compositor de Canciones de cuna para demonios, ha logrado apaciguar