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José Luis Muñoz, el reconocido autor español especialista en novela negra e histórica, nos vuelve a atrapar dentro de este género literario con una historia en dos tramas paralelas que adquieren tintes de aventura y novela negra. Dichas características otorgan una mayor fuerza a la historia e interés por parte del lector. Con un hábil manejo del lenguaje, un vocabulario muy instruido y poético y una narrativa detallada y culta, José Luis logra plasmar una historia didáctica y entretenida capaz de complacer a los amantes del género. La novela está basada en un amplio trabajo de investigación que, en palabras del autor, le llevo más de quince años. Una labor que no solo realizó a través de la información bibliográfica, sino también por medio de las puntuales visitas a museos y zonas arqueológicas de México y que deja patente, con su pluma, en cada profunda y detallada explicación que conforma tanto la ambientación como la trama. Gracias a ello, podemos encontrar exhaustivos recorridos por la geografía del país, grandes profundizaciones en la cultura indígena, tanto en costumbres como vocablos náhuatl, y minuciosos datos sobre acontecimientos históricos que nos permite sumergirnos completamente entre sus páginas. La novela, se lee no solo como un libro de historia, sino que también cumple con la función de una dramática epopeya de la conquista, llenando sus páginas de cruentas batallas, la barbarie de algunos rituales aztecas y momentos en donde las pasiones gobiernan y dirigen a sus personajes. Me veo en la obligación de mencionar que algunas de las escenas en donde aparecen sacrificios, torturas o castigos corporales son narrados con tal exactitud que puede herir la sensibilidad. Personalmente, tras la primera escena me vi en la obligación de saltar esos momentos porque sentía verdadero horror ante tanta crueldad. Los personajes han sido diseñados de un modo tan excepcional que, si bien es cierto que debido al tipo de novela no se nos permite indagar en su psique, sí que se aprecia un carácter real y un espectro emocional que los exime de ser encasillados como buenos o malos, como héroes o villanos. Simplemente se muestran como humanos que se dejan llevar por sus intereses, obligaciones o pasiones. A grandes rasgos la novela me ha gustado por sus descripciones, el amplio conocimiento que desprenden sus páginas y la pasión con la que el autor ha marcado su historia y sus personajes. Sin embargo, debo destacar que a pesar de la ligereza con la que se deja leer no es una novela que siga un ritmo trepidante. Por momentos parece avanzar a pasos agigantados, pero, en otros, el autor se deja llevar por la retórica y el deseo de querer plasmar y dar a conocer hasta el último detalle con tanta exhaustividad que acaba cayendo en la monotonía de la trama llegando incluso a transmitirme esa odiosa sensación de que algunos capítulos eran completamente innecesarios. También debo destacar que eché en falta algún tipo de mapa que me ayudaran a ubicar mejor los lugares en donde se desencadenaba cada acontecimiento. Aunque, en contraposición, se agradece las páginas de glosario de personajes y vocablos aztecas, así como la amplia bibliografía que se adjunta. A pesar de todo considero que "El centro del mundo" es una gran novela que nos permite conocer una parte de la historia, quizás menos explotada, además de una cultura interesante y enriquecedora que fue relegada al olvido. Una garantía para aventurarnos en esta épica y ambiciosa novela. Un gran proyecto de la Editorial Almuzara para comprender una época trascendental a propósito de los 500 años de la caída de México-Tenochtitlán. |
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