Aquella era una estación para vivir y para amar, no para morir. Nadie debería morir en otoño. Mejor aún: nadie debería matar en otoño.
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Aquella era una estación para vivir y para amar, no para morir. Nadie debería morir en otoño. Mejor aún: nadie debería matar en otoño.
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—Os ha perdido la fe —le respondió Ferrer—. Para ser ateos tenéis una confianza cristiana en el ser humano. Estabais convencidos de que construyendo una sociedad más igualitaria nadie pisotearía a sus semejantes para satisfacer su egoísmo.
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Si se viajaba apiñado en un transporte colectivo, convenía zarandear luego en la bañera todo lo que se vistiese para que cayeran las pulgas. Ellas y los estraperlistas, a mayor miseria, tanto mejor vivían.
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Para tratarse de teóricos enemigos del orden establecido, los anarcosindicalistas tenían perfectamente organizado todo aquel jaleo. —Los socialistas boicotean a los anarquistas, los anarquistas a los socialistas y ambos a los de Esquerra y viceversa —concluyó—. Forma parte de nuestra forma secular de entender la vida pública: o conmigo o contra mí. |
...el Transmiseriano, el tren en el que, en los años veinte, llegaron miles de almerienses y de murcianos para trabajar en las obras del metro y de la Exposición Universal.
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En el fondo latía una pregunta tramposa al estilo de la del huevo y gallina: ¿qué era prioritario, hacer la revolución o ganar la guerra? Según cual fuese la respuesta, uno se alineaba con un bando o con otro. No se admitían medias tintas.
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Insisto en lo que te dije antes: quiero saber la verdad… por fea que sea su cara. —La verdad no es fea. Si acaso, incómoda. Y un estorbo cuando hay poder en juego. |
—Quiero que trabajes para mí. Lo soltó de sopetón. Un disparo a bocajarro. Ferrer demostró unas excepcionales dotes de actor. Ni parpadeó. —Contratarme es muy fácil; lo único en lo que me parezco a los detectives de las películas. Es la primera vez que me ofrecen trabajo deteniéndome. —Era la única forma de mantener este encuentro en secreto. |
10 negritos